❥. CAPÍTULO XXXV

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Seis meses habían pasado desde el nacimiento de Lee Seonghwa, hijo de Minho y Jisung, seis meses desde que Jeongin también había firmado los papeles del divorcio, seis meses desde que Félix se había mudado a Australia, seis meses en los que Hyunjin recuperó su vida, seis meses terribles para Changbin, quien buscaba desesperadamente a Seungmin, seis meses en los que Chan llamaba a Félix sin recibir respuesta alguna, todo había cambiado, para bien o para mal, un cambio es un cambio.

Hyunjin amaba tanto a Jeongin, que dejarlo ir fue una de las cosas más difíciles que había tenido que hacer solo por verlo feliz, no iba a seguir siendo egoísta, él mismo se lo había dicho, amaba a Chan, no podría ser un impedimento o un obstáculo que arruine la vida que había construido sin él, era consiente que Chan era un buen hombre, que se había hecho cargo de su familia y los amaba como tal, tampoco era justo para él arrebatarle eso, sus hijos lo veían como un padre, a pesar que SungHoon y Yuna se llevaban bien con él.

Pensaba en que era lo correcto, ya nada a excepción de sus hijos lo unía con Jeongin, noches y noches en los que lloraba por no tener a su dulce ángel a su lado, necesitaba olvidarlo, no era justo para su pobre corazón que lo seguía amando con locura. Empezar de cero e irse de Seúl no sonaba una mala idea.

Él vivía con sus padres y su hermana, ellos estaban más que a gusto recibiéndolo nuevamente, él también quería recuperar todo su tiempo con ellos, había conocido a Soobin, el novio de su hermana, con el que se casarían pronto, aunque no fuera feliz, le alegraba la felicidad de sus seres amados.

Su dulce hermana entró a la habitación, sacándolo de sus pensamientos.

—Hyunjin te buscan.

—No quiero ver a nadie, Yeji... diles que fui a Francia o que me morí de verdad.

—¡Idiota!

—Perdón hermanita —bromeo y ella rodó los ojos—¿Quién es?

—Es Jeongin.

Al escuchar su nombre, su corazón empezó a latir rápido, tampoco debería recibirlo a él, pero el ser humano es débil y Hyunjin no era la excepción.

—Bien, dile que ahora bajo.

Hyunjin se arregló un poco y salió de su habitación, bajando a la sala, donde Jeongin lo esperaba sentado en uno de los sofás, tan dulce y angelical como lo recordaba, su precioso Jeongin era perfecto.

—Jeongin, me buscabas ¿Pasa algo con los niños?

—H-hola Hyunjin ¿Cómo estás?

—Bien gracias ¿Y tú?

—Yo he estado bien, gracias —sonrió levemente— Hyunjin, creo que debemos hablar sobre los horarios de SungHoon y Yuna... solo estas con ellos los fines de semana, supongo que quieres pasar más tiempo con ellos, y venia con algunas propuestas.

—No.

—¿No? — me miró confundida

—Jeongin, he tomado la decisión de irme a vivir a Londres.

— ¿D-de que hablas? No juegues así Hyunjin, no es gracioso.

—Innie, yo agradezco lo que hiciste por mi y nuestros hijos, que intentes que nos llevemos bien, pero seamos honesto, yo soy un extraño y no pienso quitarle ese derecho a Chan, quien ha sido más padre que yo.

—Hyunjin, ellos necesitan de su padre, no te puedes ir —Jeongin comenzó a golpear su pecho mientras sollozaba.

—Chan es su padre, hizo un buen trabajo al ocupar mi lugar, tú eres feliz a su lado, mis hijos son felices a su a su lado, no puedo quitarle la familia que construyo, no es justo.

Jeongin seguía llorando, negando con su cabeza.

—No me hagas esto, por favor.

—Ya tomé la decisión, te mandaré la mensualidad que me corresponde y en cada fiesta festiva que haiga, yo estaré aquí.

—¿Para eso volviste? ¿Para irte y dejarnos? ¡¿Ya no me amas?! ¿O es que ahora irás con Seungmin? ¿Acaso todos esos años con él hicieron que dejaras de amarme? ¡Contesta! —levantó la voz desesperada, agarrando la camisa del alto.

—Mi único propósito en la vida es ver al amor de mi vida ser feliz, aunque eso me lleve a desaparecer tú vida.

Jeongin seguía llorando negando una y otra vez, el corazón de Hyunjin se partió, otra vez estaba haciendo sufrir al hombre que amaba.

—¿Y nuestros hijos? ¿No los amas?

—Ustedes se volvieron mi propia luna, tendré conformarme a verlos a la distancia, porque yo no soy el sol que necesitan para brillar.

Su ex esposo no dijo palabra alguna y se fue de la casa del mayor, a quien la culpabilidad lo estaba matando nuevamente. Subió a su habitación y se acostó en su cama, recordando cada momento maravilloso a su lado

—¿Qué hubiera pasado si le hubiera dicho la verdad? —se cuestionaba.

¿Se arrepentía? Claro que se arrepentía tanto de haberlo dejado y no solo a él, sino también a sus hijos, no podía dejar de odiarse, si su orgullo no lo hubiese dominando, él hubiera estado presente en el nacimiento de su hija, en sus primeros pasos, sus primeras palabras, pero el hubiera ya no existía y no arreglaba nada.

—¿Estas decidido en irte a Londres? —preguntó Yeji bajando las escaleras.

—Pensé que había sido claro.

—Lo fuiste, pero ¿Crees que lograras algo yéndote?

—Claro, empezar de cero, empezar una vida sin amar a Yang Jeongin.

—Yo también quise dejar de amarlo y no pude.

—¿Qué? ¿Estas enamorado de Jeongin?

—No imbécil —Yeji le pegó en la frente— En una ocasión, Soobin y yo terminamos, porque era muy celosa e insegura, sufrí mucho por eso y tampoco estabas tú para aconsejarme... me sentía sola, muy sola y quise hacer lo mismo.

—¿Irte?

—Si, quise irme y empezar de cero, pero al final no me fui ¿Sabes por qué?

—¿Por qué lo amabas mucho?

—No Jinnie, ósea si lo amaba, pero no —suspiró— No me fui porque estaba huyendo de mi realidad, porque en vez de afrontar esa ruptura, solo me estaba escondiendo y si me iba en esas condiciones, nunca lo iba a superar, volvería aquí.

—Yo no me estoy escondiendo, yo ya no encajo aquí.

Yeji se rió al ver la necedad de su hermano mayor.

—No quieres encajar, porque, aunque no tengas a Jeongin, tienes dos hijos y eres muy estúpido al decir que ellos tienen a Chan de padre, porque es cierto, él fue un padre para ellos y hasta yo estoy agradecida con eso, pero al final de cuentas, mis sobrinos llevan tu sangre.

—Pero Chan...

—El problema no es Chan, eres tú, porqué el no se ha opuesto a que tú pases tiempo con tus hijos, él no los ha envenado en tu contra, al contrario, los alienta a pasar mas tiempo contigo ¿Sabes por qué? Por que hasta él entiende que tú eres el padre.

—No están fácil Yeji, no lo es.

—Si tu quieres ahogarte en un vaso de agua, hazlo Hyunjin, si quieres alejar a tus hijos y que te vean como un extraño, va a ser solo tu problema.

Su hermana se levantó, besó la frente de su hermano y salió de su casa, dejando a Hyunjin con nuevas dudas en su cabeza, poniéndolo a pensar si realmente valía la pena irse, si debía quedarse y seguir ganándose a sus hijos, tal vez y solo tal vez, su hermana tenía razón.

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