❥. CAPÍTULO XII

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"No seas delicado, no te trate mal, cada vez te pones más insoportable", Hyunjin no sabía que esas palabras lo habían dañado más de lo que pensaba

—Amor, lo siento, no sé qué fue lo que me paso — Jeongin se giró tratando de disimular sus cristalizados ojos.

—No hay nada que perdonarte Hyunjin, eso ya no importa — sonrió e imitó su acción.

Pero esta vez no lo miró con aquel brillo tan distintivo de siempre, ese brillo que tanto le gustaba, ese brillo que sabía que era por él y lo hacía sentir el hombre más afortunado del mundo, pero no, esta vez, en su mirada ese brillo se había apagado, ahora lo remplazaba una tristeza deprimente.

Jeongin salió a comprar lo necesario para la cena y Hyunjin se quedó en casa, estaba recostado en su cama, mirando el techo y luego bajó la mirada a la caja que Jeongin había dejado en el armario, extrañado caminó hacia ella y se asomó a ver en su interior, ignoró los dos cuadernos que estaban en la base, el diario y el cuaderno de dibujos de Jeongin.

Su mirada se posó fijamente en el cuaderno de portada negra que había un poco más adentro, tenía la letra torcida en color blanco, instantáneamente reconoció aquel cuaderno y con curiosidad lo saco de la caja.

Su viejo cuaderno musical personal, o al menos Hyunjin lo había bautizado así, contenía todas las canciones que en secreto había compuesto para su amado Jeongin y que solo hasta el día que se habían casado, se lo había entregado.

Abrió el cuaderno en la primera hoja y encontró su primera composición, en letra casi irreconocible se garabateaba una letra profunda y algo triste, recordaba aún el momento en que la había escrito.

Se encontraba en clase de Biología, observando como Jeongin hablaba y le sonreía a su entonces novio, el mariscal de campo y Hyunjin sólo observaba como él le sonreía y como él otro tipo lo besaba, como su Innie mostraba esa sonrisa tan dulce que sólo él podía tener, sólo pensando en la posibilidad de que él podría darle el mismo cariño, no, mas, Hyunjin le podía dar amor. A esta canción la había llamado I Wish, porque eso era lo único que quería, a Jeongin, él era lo único que quería.

La segunda estaba casi sin terminar, una canción a medias, la tercera era un poco más trabajada, la letra de Hyunjin había mejorado de sobremanera y su caligrafía casi perfecta, a excepción del pequeño pedazo en que había puesta Save con "b", se rió al ver el horrible error, el inglés se le daba muy bien, por eso era que escribía las canciones en inglés, por eso y porque si alguien encontraba aquel libro no sabría con exactitud lo que decía.

Esta canción había sido escrita para finales del último año de secundaria, cuando él novio de Jeongin lo había botado de manera humillante y después de haber dejado al imbécil con la cara deformada en el suelo de la cafetería, se había llevado a Jeongin a casa y lo había acompañado en el dolor de su primer corazón roto, después de eso había corrido a casa y se había desahogado en el cuaderno, con la canción que título "Save You Tonight".

Y así como esa, muchas más que expresaban cada pedazo de su historia con el amor de su vida, desde sus peleas, hasta nuestro primer día de novios o su primera vez juntos, Trudly, Madly, Deeply.

Lo pensó dos veces, tal vez esa era la forma en que podía liberarse, de sentir que podía liberar todo aquello que le ocurría y no podía entender, pero esta vez lo haría en coreano, esta vez si quería que él lo entendiera a la perfección, quería que esta vez aquella canción lo liberara de aquella opresión que lo tenía agobiado, así como lo había hecho muchas veces antes.

Se levantó rápido y agarró un lápiz con punta fina, ya tenía las palabras exactas en la mente. Sin pensarlo dos veces empezó a escribir sus ideas en desorden. . . La puerta principal sonó y el cerró de golpe el cuaderno, pronto continuaría con su canción y ahí pondría cada cosa que amaba de Jeongin, en pocas palabras, de cuanto lo amaba.

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Iban de camino a la escuela de SungHoon , ya no llevaba su traje de corte italiano, perfectamente lavado y planchado, ahora llevaba algo mucho más ligero, algo que lo hacía asentir más . . .más él.

—¡Papá! ¡Papá! — gritó SungHoon de emoción.

—Hola amor.

—Buenas tardes, papá ¡Qué bueno que viniste!

—¿Y mi beso, hijo? — preguntó Jeongin haciendo un puchero.

—Buenas tardes papi — le dio un beso a su otro padre.

—Bueno, esta vez iremos a almorzar en uno de mis lugares favoritos.

—¡Si! —SungHoon empezó a saltar emocionado.

Fueron a comer, SungHoon hablo durante toda la comida, pasaron un verdadero tiempo en familia. Llegando a casa, su hijo y él pasaron toda la tarde jugando a ser policías o a ser marineros, Hyunjin miraba a Jeongin y veía su hermosa sonrisa, definitivamente me sentía feliz al ver como su familia se convertía en una familia feliz otra vez, todo volvía a ser como antes. 

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