TWENTY-FOUR

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— ¡Bájame, idiota! ¡Nos vamos a caer!

Me abrazo con todas mis fuerzas al cuello de Jungkook, quien me lleva en sus brazos cuando entramos en la habitación que hemos alquilado para pasar la noche.

— Te estás cargando todo el romanticismo, estúpida. — contesta el chaval entre risas burlonas.

— Ya me dirás tú qué coño tiene de romántico que te diga que me duelen los pies.

— Por una vez que te trato como una princesa... —  chasquea la lengua y con un rápido movimiento, pasa de tenerme en sus brazos a recargarme en su espalda, como si fuera un jodido saco de patatas.

— ¿Estás tonto? ¡Bájame ya, me voy a marear! ¡Te voy a cortar los huevos, Jeon Jungkook! 

Pego un gritito y pataleo para que me deje en el suelo. Él, sin embargo, me ignora y se gira para cerrar la puerta con llave. Se voltea de nuevo y camina hacia la cama. Me agarro a la tela de sus pantalones cuando me doy cuenta de sus intenciones de tirarme sobre la cama.

— Mira, Jungkook, como hagas lo que creo que pretendes, te voy a arrancar los pantalones. —  amenazo.

El chaval se detiene en seco, por un momento creo que lo he acojonado, pero después siento sus hombros clavarse levemente en mi estómago cuando se ríe.

— Diablos, señorita. — carraspea.

No me da tiempo a responder. Jungkook, con un rápido movimiento, me levanta de su espalda y me deja caer sobre la cama de espaldas. A mí no me ha dado tiempo a agarrarme bien a sus pantalones, como le he prometido, pero sí logro engancharme a su americana, la cual se la he levantado y con fuerza la he tirado hacia mí, provocando que el chaval perdiera el equilibrio y cayera casi encima de mí.

De pronto, se escucha un sonido que hace eco en la habitación y en menos de cinco segundos, la cama se desmorona hacia el suelo. No me puedo creer que acabemos de romper las cuatro patas que nos sujetaban.

Se me escapa una sonora carcajada y me río con ganas al ver la cara de susto que ha puesto mi novio. Se ha quedado blanco.

— ¿Estás loca? Podría haberte aplastado, ¿Estás bien? —  el chaval se incorpora enseguida, apoyando el peso de su cuerpo sobre sus brazos, mirándome preocupado.

— ¿Sabes? Alguna vez había tenido como fantasía romper una cama contigo... pero no precisamente de esta manera. — vuelvo a reírme por la absurda situación.

Mi mirada sube hacia sus ojos y me muerdo los labios al verlo sobre mí, estoy atrapada entre sus enormes brazos. Aunque tenga el pelo un poco despeinado y la americana mal puesta, se ve jodidamente sexy con la camisa un poco desabrochada y su corbata deshecha cayendo sobre mí.

Observo su nuez moviéndose cuando traga saliva, sus ojos también están clavados en mí. Apoya el peso de su cuerpo en un brazo cuando me aparta el pelo de la cara y luego me acaricia la mejilla.

— ¿Te he dicho que hoy estás preciosa?

Agarro su corbata y lo acerco hacia mí con un rápido movimiento. Sus esponjosos labios caen sobre los míos y empezamos a besarnos con ganas, desesperados, ambos con sed del otro. Nuestras lenguas se buscan ansiosas, chocándose bruscamente.

Nos separamos para recuperar aire y cuando veo a Jungkook volver a acercarse a mí, lo detengo, poniendo mis manos sobre sus hombros, evitando el acercamiento. Él alza una ceja, confundido.

— Espera. Quítame el vestido primero.

La sonrisa que hace Jungkook a continuación, hace que suelte una risita, está ansioso por acatar mis órdenes.

EUPHORIA II, jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora