ELEVEN

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Nunca más vuelvo a intentar disculparme con este hombre.

Es más, nunca más vuelvo a dirigirle la palabra.

— No me lo puedo creer. ¿Volvéis a estar juntos?

Jungkook me empuja para que tome asiento y él se sienta a mi lado.

— No, yo...

— Madre mía, os separáis y mi hijo se va a la otra punta de Corea para volver a juntaros. Ya podría hacer eso mi marido...

La madre de Jungkook aparta la mirada y hace señas a uno de los camareros para que vengan a hacer la orden.

Miro a Jungkook y se me vienen a la cabeza una y mil maneras de asesinarlo al verlo morderse el labio para no sonreír.

Me acerco a su oreja para que no nos escuche su madre.

— ¿Esta tía aún se piensa que soy Lee? — susurro.

Ahora es Jungkook quien se acerca a mi oreja.

— "Esta tía" es mi madre. — me reclama.

Pongo los ojos en blanco y miro al frente.

— Qué bonito es el amor, señora. — me cruzo de brazos.

— El amor es una mierda, niña. — chasquea la lengua y mira a su hijo. — No te puedes fiar de ninguno, sino mira a su padre. ¿Lo ves? Porque yo tampoco.

— Madre... ya empezamos. — murmura Jungkook a mi lado.

Suelto una risita. Si no recuerdo mal, cuando conocí a esta mujer, su único tema de conversación era despotricar de su exmarido.

— Bueno, eso es que usted tuvo mala suerte o mal gusto al elegir pareja...

— ¿Qué insinúas, niñata?

Siento que Jungkook me pega un patadón por debajo la mesa, pero lo ignoro.

— Sí, o sea, mire a mi madre, ella sí sabe elegir: Se enamoró de un pobre hombre con el que tuvo una hija, pero se casó con el que tenía pasta. — La mujer me mira con una mueca. — Lo que quiero decirle, es que deje de pensar en el padre de Jungkook por lo que fue o lo que pudo haber sido, sino que piense en él por su dinero y vaya a reclamarle la paga que les debe a sus hijos.

La madre de Jungkook abre la boca atónita y siento la mirada del chaval clavada en mí.

— Literalmente eres la peor persona que he conocido.

— Pues a mí me parece excepcional. Jungkook, vas a ir a buscar a tu padre.

Me pongo la mano encima de la boca para disimular la risilla que se me escapa.

— Ni de coña voy a ver a ese hombre. — Jungkook encara a su madre.

— Me da igual. ¿Crees que es normal que tu padre nos abandone y se vaya de rositas con otra familia? — lo riñe. — Jungkook, a mí sola me está costando mucho mantener la familia, encima tu universidad me está dando mucho gasto: a demás de ser privada, tengo que pagarte una residencia y tus gastos...

Miro a Jungkook, quien se ha cubierto la cara con las manos.

— Y si no quieres hacerlo por mí, hazlo por tu hermana.

La mujer se cruza de brazos y los hombros de Jungkook se relajan.

A decir verdad, me arrepiento de haber abierto la boca, me he metido en un lugar donde no me llamaban y me siento mal por Jungkook. No paro de cagarla.

Estoy por inventarme una excusa para salir de ahí e irme cuando de pronto la mujer se levanta.

— Tengo que ir a una reunión. — recoge su bolso y se lo cuelga del hombro mientras mira a su hijo. — Vamos hablando de lo de tu padre. — Y ahora me mira a mí. — Un placer volver a verte, Lee. Espero que esta vez sí duréis.

EUPHORIA II, jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora