TWENTY-ONE

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— Chungha... ¡Chungha! 

Abro los ojos de golpe y parpadeo varias veces, asustada por haber escuchado que gritaban mi nombre en el oído. A continuación, escucho una risita y me giro hacia Jungkook con las cejas fruncidas.

— ¿Pero eres tonto o qué te pasa, gilipollas? 

— Es que se me estaba recargando el hombro con el peso de tu cabezón.

— Cómeme los cojones. 

Me bajo el antifaz para dormir de nuevo y me recuesto otra vez en su hombro, con intención de volver a dormirme de nuevo. Hoy hemos madrugado para pillar el tren hacia Jeonju, la boda del padre de Jungkook es al mediodía y el chico quiere llegar puntual.

Casi vuelvo a recuperar el sueño cuando siento que el pesado no tarda en molestarme de nuevo, pues siento que vuelve a alzarme el antifaz y susurra de nuevo mi nombre.

Abro los ojos y veo sus ojos saltones, observando los míos a pocos centímetros de mí. Cuando me doy cuenta, ya estoy sonriendo. Esa imagen ha sido adorable.

— Cariño, nos bajamos en la próxima estación.

Me separo de él para alzar la cabeza y acomodarme en el asiento, despejándome del sueño.

— ¿En serio ya hemos llegado? Qué rápido pasa el tiempo durmiendo...

— A mí se me ha hecho eterno, roncas mucho. — giro la cabeza hacia él y borra la sonrisa de su rostro, poniéndose serio. — Mentira, es porque estoy nervioso. No lo veo desde hace casi cinco años.

Jungkook aparta la mirada hacia la ventanilla del vagón, viendo el paisaje cada vez más nítido por la notoria disminución de la velocidad. Yo busco su mano y entrelazo nuestros dedos, apretando levemente, dándole a entender que tiene mi apoyo y que voy a estar a su lado en esto.

El chico regresa la mirada hacia mí y me sonríe:

— Gracias por venir conmigo, Chung. Eres genial.

Acto seguido, acerca los labios a mi frente, donde me planta un rápido beso y se levanta de su asiento. El tren acaba de frenar por completo.

Nos apresuramos a recoger nuestras maletas y salimos al andén antes de que vuelvan a cerrar las puertas.

— Vaya estación más fea. — suelto un bufido sarcástico. — Se parece a la de mi pueblo. ¿A que sí?

Jungkook niega con la cabeza sonriendo antes de comenzar a caminar hacia la salida de la estación. Resoplo y después de un par de zancadas, consigo alcanzarlo. Me pone histérica que la gente vaya con prisas.

Pedimos un taxi que nos lleva al hostal que hemos alquilado para pasar la noche, donde dejamos ahí nuestras maletas y nos vestimos rápidamente para ir a la boda. Cuando tengo el vestido puesto y veo mi reflejo en el espejo del baño, hago una mueca. Mis manos suben hasta agarrar dos mechones de mi pelo, no muy convencida de qué hacer con ellos. Nunca he sido de hacerme peinados, siempre lo llevo suelto, al natural. Deslizo los dedos por mi larga melena rubia y finalmente me decido a probar hacerme unas trenzas con los mechones de delante de la cara, dirigiéndolas detrás de la cabeza, hasta juntar ambas trenzas en una coleta.

Una vez termino mi peinado, me pongo unos guantes largos, a conjunto con el vestido y me analizo en el espejo detenidamente. Un sentimiento se apodera de mí al verme con semejante vestido azul celeste, la larga melena rubia que se deja caer sobre mi espalda y las trencitas que la decoran, apartándome el pelo de la cara y dejando mi rostro al descubierto.

Y entonces no veo a la princesa del espejo, sino a la chica flaquita de pelo azabache y corto, la chica que amaba vestir con chándal y sus Nike. La guerrera que creció sola y se enfrentó al mundo, saliendo de ese orfanato sin tener la mayoría de edad, en busca de su destino incierto; la niña que bajo esa fachada de tipa dura, tenía el corazón destrozado y lloraba cada noche preguntándose por qué le había tocado a ella vivir así. La chica que calmaba su dolor emocional provocándose dolor físico...

No queda nada de esa chica.

¿Quién le hubiera dicho a esa muchacha, que en realidad sí tenía una familia? ¿Y un hermano mayor fantástico? Dohyun es todo lo que había deseado que fuera Euijin, de quien me aferré emocionalmente, pensando que él era mi salvavidas, sin saber que él se estaba hundiendo más rápido que yo.

Me limpio los ojos con las manos y parpadeo varias veces para evitar que se me acumulen más lágrimas al pensar en mi  ex mejor amigo.

Vuelvo a mirarme en el espejo y ya no veo esa chica, ahora veo a una mujer mucho más sana y radiante, más llena de vida. Le sonrío a mi reflejo, con una mezcla de tristeza, nostalgia y orgullo. Esa niña está orgullosa de mí, de ella, de lo que somos. ¡Quién le hubiera dicho que iría a la universidad! ¿Y que ya no vive deprimida y con ataques frecuentes de ansiedad? Esa chavala nunca se lo hubiera imaginado. 

Igual que nunca se hubiera imaginado que un día se encontraría en Jeonju, recordando su triste adolescencia mientras le sonríe como una tonta al espejo del baño de un hostal, con el amor de su vida en la habitación de al lado esperando por ella.

Subo mis manos hacia mi nariz y me quito el piercing, me miro y me sonrío en el espejo por última vez y salgo del baño.

Jungkook, quien estaba sentado en la cama de matrimonio de la habitación, sube la cabeza para mirarme y abre los ojos como platos. Entreabre la boca, pero no consigue emitir palabra. Traga saliva y se levanta de la cama, nervioso.

— Joder, estás preciosa, Chungha. — suelta por fin, acercándose a mí. 

Él también está precioso, se ha puesto un traje negro con camisa blanca y una corbata casualmente del mismo color de mi vestido. Sonrío, emocionada. Definitivamente, esa chica nunca hubiera imaginado que iría vestida a conjunto con el chico que la tendría enamorada.

— ¿Me puedes dar un abrazo, por favor? — suplico con timidez.

El chico parpadea, confuso, pero no tarda en regalarme esa preciosa sonrisa que tiene, mostrándome todos sus dientes.

— Claro que sí.

Jungkook abre los brazos y se acerca a mí para envolverme con ellos, rodeo su cuello con los míos y lo acerco hacia mí. Me da igual si parezco ridícula ahora mismo, estoy emocionada, feliz. Es increíble esta sensación, he tardado demasiado tiempo en sentirla.

Lo hemos logrado, Chungha. Por fin lo hemos logrado.

EUPHORIA II, jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora