FOURTEEN

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Llego al local donde trabajo y dejo caer la mochila en una de las sillas de recepción, para posteriormente, caerme yo en otra.

Miro la hora en el reloj, son las cuatro de la tarde. Hoy estoy sola en el estudio, mi compañero está enfermo.

Sinceramente, no creo que hoy venga mucha gente a hacerse un piercing o pedir diseño para algún tatuaje. Parece que va a ser un día tranquilo, por lo que no me preocupa quedarme toda la tarde sola.

Apoyo los codos en el escritorio y con mis manos sujeto el peso de mi cabeza. Y sin poder evitarlo, pierdo la mirada en la puerta y yo en mis pensamientos.

Han pasado dos días desde la fiesta de cumpleaños de SoRa y no es por hacerme la loca, pero el ambiente a mi alrededor ha cambiado.

Para empezar, encuentro a Hani muy rara conmigo, es como si intentara evitarme, cuando le hablo no me mira a los ojos por más de un par de segundos.

Y hablando de evitar. ¿Qué coño fue lo que pasó con Jungkook en la fiesta? Por un momento pensaba que iba a besarme, pero terminó huyendo por patas. Qué vergüenza, me siento ridícula.

Mi cabeza está hecha un lío, me he dado cuenta de que he pensado mucho en Jungkook esta última semana. No solo en lo que no pasó en el baño de SoRa, sino en el tema de sus padres. También siento que tengo la necesidad de hablar con él cuando tengo alguna noticia que contar, o simplemente quiero estar con él.

Me estaré volviendo loca, supongo.

Dejo caer mi cabeza en la mesa y mentiría si dijera que no me duele el golpe que me meto sin querer en la frente. Debería dejar de ser tan bruta.

Pasan unos minutos hasta que alzo la vista porque se escucha que alguien abre la puerta de cristal. Frunzo las cejas al encontrarme con mi hermano, literalmente ha pisado este lugar una o dos veces como máximo.

— ¿Qué haces aquí? — pregunto confundida.

— ¿No te alegras de verme, querida? — Dohyun se acerca a mí mientras da un vistazo a su alrededor. — Cariño, ponte a barrer un poco que no te pagan por dormir.

Suelto una risita y asiento con la cabeza, Dohyun tiene razón. Me levanto de la silla y voy en busca de la escoba y cuando vuelvo me lo encuentro sentado en el sofá de cuero sintético de la entrada.

— Quería hablar contigo. — confiesa después de un rato en silencio mientras me observaba barrer.

— ¿Y no puedes hablar conmigo en casa? ¿Tiene que ser mientras trabajo?

Suena borde, pero es verdad. Si estuviera aquí mi compañero y hubiera visto que Dohyun venía a pasar la tarde aquí, me hubiera ganado una bronca.

— Tía, tampoco estabas haciendo nada. — se queja mirándome con pena en sus ojos.

Aquí pasa algo, la mirada de este chico es bastante triste.

Dejo caer mis hombros y apoyo mi barbilla en el mango de la escoba, esperando a que hable.

— Es que en casa no es muy seguro. SoRa nunca pisaría este lugar, así que es perfecto.

Alzo una ceja, ¿Vuelven a tener problemas esos dos?

— ¿Qué te ha hecho esa bruja?

— Chungha, no la llames así. — me regaña. — En todo caso, qué he hecho yo.

Abro la boca, sorprendida.

— ¿Qué has hecho tú?

Dohyun chasquea la boca y aparta la mirada hacia la puerta. Como intente irse ahora, le pego con la escoba y lo encierro en el local.

EUPHORIA II, jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora