EUPHORIA II, jjk

SIX

[Jungkook]

Rápidamente, Chungha y yo hemos corregido lo del "yo nunca", nos hemos excusado diciendo que simplemente hemos bebido porque teníamos sed y que ni siquiera estábamos escuchando la pregunta que habían hecho.

El juego ha seguido, pero he desconectado después de eso. No me he terminado la bebida y parece que Chungha tampoco. Por lo visto, es verdad que ha dejado de beber, pues parece que no le haya sentado muy bien, simplemente ha apartado su botella y se ha limitado a escuchar lo que decían sus demás compañeros.

Aún no me estoy creyendo del todo esta situación. Después de dos años, vuelvo a encontrarme con la chica que me hizo enamorarme perdidamente de ella y ahora me encuentro aquí, en una cafetería de Seúl, sentado a su lado jugando al jodido "Yo nunca".

Aún no asimilo que se haya hecho eso en el pelo. La última vez que la vi, tenía el pelo azabache y una melena mucho más corta. Ahora tiene una larga melena rubia platina. Es increíble como el cabello cambia a la gente, ahora Chungha me da vibras de ser inalcanzable, parece un ser celestial, divino.

Siento cobardía al hablarle, no porque me dé vergüenza hablar con ella o por lo que haya pasado entre nosotros, sino que es porque su aura impone muchísimo, más incluso que hace dos años.

Al cabo de casi dos horas de charlas y juegos, la mayoría ya estamos cansados de estar ahí. Algunos se van levantando de la mesa y tras pagar, se despiden y abandonan el lugar.

Yo, como tampoco quiero quedarme de los últimos, me levanto de la mesa y me dispongo a despedirme del chico que tenía sentado a mi lado, me ha caído bastante bien a decir verdad. Después, me giro hacia Chungha y su amiga y me doy cuenta de que va borracha como una cuba.

— Joder, ¿Cuánto ha bebido? — le pregunto a la rubia.

— Toda su botella... y creo que se ha terminado la mía. — me responde tras comprobar su botella vacía.

Su amiga se levanta de un salto de la silla y nos hace unas reverencias demasiado patosas, por un momento pensaba que se iba a caer, pero Chungha le ha agarrado el brazo.

— Bueno chicos, nos vemos mañana~ — canturrea Nam Hani agitando su mano y empezando a caminar.

— Alto ahí Mary Poppins. — Chungha la detiene. — Mi chófer te llevará a casa.

— ¿Tienes chófer? Vaya... debes de ser millonaria. — suelta una risita la otra.

Yo no sé qué hacer, me sabe mal irme y dejarlas aquí solas esperando a que las vengan a buscar con el coche. Creo que me quedaré esperando con ellas hasta que llegue el chófer de la rubia.

Nuestros compañeros de clase, literalmente han desaparecido, ni me he dado cuenta de cuando se fueron.

Al cabo de 5 minutos, Nam Hani empieza a quejarse por el frío que hace.

— ¿No se supone que con el alcohol debería ser al contrario? — pregunto extrañado.

— La verdad es que está empezando a refrescar. — murmura Chungha acomodándose la chaqueta del uniforme y abrazándose a sí misma.

En menos de dos minutos, llega por fin el chófer y ayudo a la chica a subirse al coche. Ella me lo agradece dándome un beso en la mejilla y yo me limito a soltar una risita nerviosa, sin saber otra forma de reaccionar.

Cierro la puerta del coche y giro sobre mis talones para empezar a caminar hacia mi casa, pero me encuentro de cara con Chungha, mirándome con una ceja alzada.

Y no sé por qué, pero me pongo tenso de solo pensar que ha visto que su amiga me ha dado un beso en la mejilla.

Niego con la cabeza para deshacerme de ese sentimiento. No debería de sentirse mal porque su amiga me ha besado. Ni siquiera tendría derecho a opinar, yo solo la he ayudado y esa ha sido su forma de agradecerme. Joder, ¿por qué siento como si fuera un infiel? Chungha y yo no somos nada, ni fuimos nada. ¿Por qué..?