Capítulo 8|Parque de diversiones.

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Al día siguiente me desperté tarde, casi al mediodía.

Bajé a comer algo, pero mi madre me dijo que no lo hiciera porque luego no querría almorzar.

—Iremos a almorzar con la familia de Zoey —me informó.

Y por más que insistí, tuve que dejar la bolsa de galletas de chocolate en el gabinete.

Me fui a arreglar y bajé minutos después. Mis padres se fueron en un auto y Ethan y yo en otro. Una media hora después, llegamos a la mansión de los Prescott.

Zoey me recibió con un abrazo alegre y su madre también. Saludé a los hermanos de mi amiga y a su padre. Luego nos dirigieron al comedor y empezaron a servir el almuerzo.

Los Prescott y mis padres se fueron al salón luego de almorzar, dejándonos a los más jóvenes en el jardín trasero. Los hermanos menores de Zoey jugaban a nuestro alrededor, mientras ella y yo conversábamos.

—Me duele la cabeza —dijo, y se puso las gafas de sol.

—¿Resaca?

—Mucha —contestó.

Miré a su hermano mayor, quien hablaba con Ethan en la otra mesa de jardín. Hace tiempo no lo veía.

—¿Y ese qué? —le pregunté a Zoey. Ella lo miró.

—Llegó ayer por la noche. Dijo que iba a pasar el verano con nosotros porque su novia lo mandó a volar.

—Joder.

—Ya, lo sé. Eso le pasa por gilipollas —masculló. Zoey y Jean, su hermano mayor, no se llevaban bien—. No te le acerques mucho, anda con el modo mujeriego activado.

—Y se está juntando con el pesado. No es buena señal.

Nos quedamos viendo a nuestros hermanos mientras tomábamos una limonada fría.

—¿Sabes qué? Salgamos por ahí. Ya no soporto este encierro, a mis hermanos y la resaca —propuso.

—¿A dónde vamos? —pregunté.

—Al cine. Avísale a los demás mientras yo me cambio.

Se levantó y fue a cambiarse. Llamé a Kilian y él accedió a ir. Hice lo mismo con Azael, pero no respondió. Supuse que estaba ocupado o estaba durmiendo.

Al rato volvió Zoey y yo le avisé a mis padres que íbamos a salir. Nos fuimos en su auto hacia el cine y allá nos alcanzaron Landon y Kilian.

—¿Y Azael? —preguntó el pelirrojo.

—Lo llamé, pero no me respondió —informé.

Nos decidimos por una película de terror que al final fue un fraude. En vez de causarnos miedo, nos causó risa. Salimos de la sala riendo a carcajadas.

—¿Ahora qué hacemos? —habló Zoey una vez que nos recompusimos.

—No sé ustedes, pero yo tengo ganas de irme a mi casa —dije.

—Bueno, te dejo allá —me indicó Zoey.

Kilian y Landon se fueron juntos y Zoey yo hicimos lo mismo. Mi amiga me dejó en casa y luego se fue a la suya para esperar a su novio.

Como no había nada que hacer y no había nadie, me decanté por nadar un rato. Tomé mis cosas y me fui a la piscina.

Me metí al agua de un clavado y empecé a nadar. Cuando llegaba a un extremo, salía a tomar aire y me volvía a sumergir para nadar hacia el otro extremo. Repetía la acción una y otra vez. El agua estaba fresca, no quería salir.

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