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-¿Me podes explicar en qué estabas pensando?- gritó Elthon entrando en la habitación donde se quedaban los chicos.- ¿Bombardeos? Estamos en una guerra. ¿No podías pensar en la sensibilidad de la chica? Además acá no hay bombardeos.
-Pero puede haber.- dijo Louis. -Además esa chica debe llevar toda su vida en el campo.
-No. -intervino Jacob. -Es Emma Wadlow. Su padre fue uno de los principales militares en el frente de batalla. Fue capturado, torturado y asesinado luego de un año en la guerra. La casa de la familia fue bombardeada pero nunca se encontraron restos. Se sabe que a la mujer del señor Wadlow fue fusilada.
Todos guardaron silencio.
-Sabía que conocía ese apellido. -dijo Elthon. -Ayúdenme a encontrarla.
-Yo no sabía. - dijo Louis en un intento por disculparse.
-Buscá a Emma.-le dijo el joven rubio y salió de la habitación.
Comenzaron a recorrer la casa de arriba a abajo. Los truenos empezaron a hacerse presentes y un sollozo llegó a los oídos de Liam.
-Mami, tengo miedo.-susurró la chica.
Él entró en la habitación y se acercó a ella rodeándola con sus brazos. La chica gritó asustada y Elthon entró corriendo y apartándolo.
-Emma, solo son truenos. Mirame. -pidió. -Estoy acá. Solo son truenos.
-Quiero a mi papá. -lloró ella.-Mamá dijo que iba a volver. Quiero a mi papá.
Liam estaba paralizado. Salió de ahí y encaró a Louis furioso.
-Que tu hermana haya muerto en un bombardeo no es culpa de ella, ¿si? Aprendé a ser un poco más considerado. Porque no entendes nada, Louis.-se aproximó y bajó la voz.-Ella ni siquiera sabe que su padre fue asesinado. Andá a decirle eso también.
Elthon tenía a ella en brazos e intentaba traquizarla.
-Ya está.
-No te vayas, Elthon.-pidió ella.
-No voy a irme a ningún lado, pequeña.
Besó su frente y la abrazó con fuerza.
Al bajar a la sala todos se encontraban allí.
Emma se puso de pie al ver a Amber, la empleada, dispuesta a ayudarla. Elthon la tomó por la cintura pero ella lo tranquilizó suavemente.
-No va a poder traer todo ella sola.- susurró y a los pocos minutos llegó con tazas en las manos mientras la mujer la miraba con cariño.
Una vez que las dejó en la mesa, Elthon la sentó junto a él y el café fue servido.
Los chicos comenzaron una conversación que a ella no le costó seguir si bien no sabía muy bien sobre los momentos de los cuales hablaban. Oía en silencio sin hacer acotación alguna.
-Ahora que Ryan se fue, vamos a tener que arreglarnos para llevar el carro.- dijo Jacob.
-Yo puedo hacerlo.-susurró ella y todas las miradas le fueron dirigidas.
-Es mucho peso.- dijo Elthon frunciendo el ceño.
-Ese era mi trabajo en la casa de tu papá.
-Emma esto es también una preparación para la guerra.- dijo Louis.
-Lo sé. Estoy enlistada. Fui enlistada.
-Pero no van a reclutarte.- la tranquilizó Elthon.
-Ya estuve allá. -susurró ella y bajó la vista a sus manos.- En la batalla de las mil almas.
-No es lo mismo estar en las fuerzas de.... -empezó Laurent.
-Estuve en el frente. Estuve ahí. -las lágrimas nublaron su vista y sintió que ya no había quién la parara. El dolor debía salir de alguna forma, aunque oír sus propias palabras solo incrementara el cruel recuerdo de un momento que nadie debería haber vivido. -Lo vi morir. Yo tenía que cuidarlo. Tenía que cuidarlo y no pude. Solo miré al frente y, al voltear, él lloraba en la tierra. Había sangre en su pecho. Lo llevé al campamento pero nadie quiso ayudarme. Lo perdí. -lloró. -tenía que cuidarlo. Pero... era muy difícil porque no se quedaba quieto, porque no entendía que pasaba. ¿Cómo pudieron mandarlo ahí? Era una muerte segura para él. Sus capacidades eran diferentes y su edad mental era menor. Y yo tenía que cuidarlo y no pude.
Elthon la subió a sus rodillas y la rodeó con sus brazos. La guerra de las mil almas se había dado lugar tres años atras. El 90% de las tropas había muerto en el campo de batalla. Nadie jamás había informado que niñas y niños habían luchado. Se suponía que eso no debería ocurrir. Jamás.

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