Brilló el terror en sus ojos verdes cuando las primeras balas silbaron en sus oídos. El juego había acabado. La guerra era lo único que existía y la muerte lo dominaba todo. Todos lo que se encontraban ahí estaban marcados. En su rostro la muerte se presentaba como un profunda huella que quemaba en su piel.
Se ocultó entre los cadáveres cuando vio que las tropas habían caído y huído hacia distintas direcciones. El ejército enemigo avanzaba y temía. Emma temía.
Sangre ajena mojaba su piel y las lágrimas bañaban su rostro. Eso era la guerra, sangre, muerte, dolor, miedo.
Vio rostros desconocidos desfilar y mirar los cuerpos a su alrededor.
-Recojan a los heridos y a los vivos.-dijo uno.
Ella cerró sus ojos con fuerza y un cuerpo cayó sobre ella, sin vida.
Las horas en que recolectaron a los heridos, fue una agonía que parecía no tener fin.
Unos ojos se clavaron en ella y Emma suplicó con la mirada. El joven se llevó el dedo a los labios indicándole que guardara silencio y ella así lo hizo.
Todos se marcharon. Todos menos un pequeño grupo, entre ellos, el joven. Los cadáveres fueron subidos en distintos vehículos, ella igual.
-Cuando yo te avise, vas a bajar y vas a correr al campo.-murmuró y subió para comenzar a conducir. Ella no respondió, se limitó a guardar silencio.
El cielo comenzaba a despejarse, dándole lugar a un hermoso amanecer que a ella se le tornó rojo como la sangre. El olor se filtraba en su sistema y contenía sus náuseas junto con las lágrimas.
Tres golpecitos en el vidrio. Ella miró de reojo y él escribió una palabra en el cristal empañado. "CORRÉ".
Y así lo hizo. Bajó y comenzó a correr a toda velocidad. Sabía dónde estaba. A pocas millas se encontraba el campo del señor Cambrig y, tras unas cuantas millas más, el de Elthon.
Emma corrió como jamás lo había hecho. No le importó el ardor en sus pulmones ni el dolor en sus piernas.
Cuando la casa del señor Cambrig fue visible las energías se apoderaron de ella y comenzó a correr aún mas rápido, tenía que llegar.
La noche ya estaba cerrada cuando vio, como un punto lejano, la casa de Elthon Cambrig.
Las ruedas de un auto la hicieron detenerse y arrojarse a un montículo de hojas. El camión del ejército pasó por su lado repleto de jóvenes, entre ellos, Parker. Quiso correr y ayudarlo pero sus músculos no respondían. Ya nada respondía. El agotamiento se hizo lugar en su sistema y la hundió en un profundo sueño a la interperie de la noche en medio de una guerra.
Y la canción que su nana solía cantarle comenzó a sonar en sus oídos. Miró las estrellas por última vez intentando adivinar en cuál de ellas estaría su amada nana.
El olor a sangre ya no le importaba tampoco los horrores de los cuales acababa de escapar, solo importaba lo cerca que estaba de la casa aunque no pudiera llegar a ella esa misma noche.
Y en sus sueños solo vio la mirada atormentada de Parker, quien era llevado a ese campo de batalla donde solo había muerte y agonía.
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Piensa lo que quieras.
RandomEstoy encerrada en una maldita casa de campo mientras los aviones destruyen mi ciudad natal con sus bombas. Una guerra sin sentido en un lugar que nadie conoce. Estoy harta de todo esto, estoy cansada de no tener palabra ni voto en este mundo tan eq...