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-Va a volver sola.-dijo Jacob con la mano en el hombro de Elthon.- Dejala. A veces necesita estar sola. Si la buscamos va a volver a irse.
El joven rubio resopló disconforme y subió a su habitación. Una vez allí buscó sus cigarrillos pero no los encontró por ningún lado. Emma.
Revisó la casa de arriba a abajo pero no logró dar con ella. Salió fuera a buscarla y vio su figura en el techo. Abrazaba sus rodillas y miraba el cielo mientras un cigarrillo descanzaba entre sus dedos. Pero no lo fumaba, tan solo lo observaba de vez en cuando. El pánico se apoderó de él cuando ella se puso de pie y su pie resbaló. Ella logró estabilizarse al agarrarse del marco de una ventana y se introdujo por esta con cuidado.
Era la habitación de ella, justo al lado de la de él.
Elthon subió a su cuarto y la encontró sentada en los pies de la cama mientras abrazaba sus piernas y descanzaba su mejilla en sus rodillas.
Él no le diría que la había visto. No lo diría porque ella podría volver a irse.
-¿Estás bien? -preguntó mientras cerraba la puerta tras él.
La chica se encogió de hombros y él se aproximó, rodeándola con sus brazos.
-¿Puedo quedarme con vos?- preguntó bajito.
-No iba a dejar que te fueras. No me gusta que estés lejos por mucho tiempo.
Mientras él se cambiaba, ella se sentó en la cama y miró las paredes blancas que la rodeaban. Sabía que si esas paredes hablaran, Elthon se decepcionaría de ella.
Él se acostó a su lado y ella notó que se había sacado la venda y que su herida ya estaba casi sana.
-Acostate amor.-pidió mientras le recorría la espalda con la mano.
Ella se acostó a su lado con rapidez intentando que él no viera sus lágrimas pero fue inútil. Elthon la miraba confundido y preocupado. Ella no era buena ocultando las cosas y ambos lo sabían.
-La mañana antes de que atacaran.-murmuró ella.-Me pelee con Amber. Ella se enojó conmigo porque yo... fumé uno de tus cigarrillos y ella me vio. Y me dijo que no ibas a volver. -sollozó. Elthon la miraba en silencio. Ella sabía que él estaba enojado. También sabía que él se había dado cuenta que había más.- Me dio un cachetazo cuando le dije que esa misma tarde iría a presentarme y a informar que estaba enlistada. Y después no quise hablarle ni escucharla y ahora no voy a escucharla nunca más. Y no sabe que la quiero y la voy a querer siempre. Y...- sus palabras se cortaron por su llanto y Elthon la abrazó con fuerza mientras se esforzaba porque las lágrimas no huyeran de sus ojos.
-No ibas a hacerlo. ¿Cierto? -preguntó, pero ella no respondió. Entonces las lágrimas escaparon de sus ojos.- Nunca hagas nada así. Nunca. No te quería ahí Emma. No quiero que vuelvas a pisar un campo de batalla. ¿Entendes eso? No hagas las cosas mas difíciles. Y quiero que me devuelvas mis cigarrillos mañana a primera hora.
Ella aún lloraba en su pecho. Sabía que se merecía sus regaños y todo lo que pudiera decirle él o cualquiera de los chicos.
-Amber sabía cuanto la querías. -dijo él con un poco mas de suavidad.- Ella lo sabía.
Pero Emma no podía creer sus palabras. No podía aceptarlas porque ella había hecho todo mal y no le había dicho a Amber cuanto la quería.
-Por favor, mi amor.-suplicó él.
-No me sueltes.-pidió ella con terror.- No dejes que me caiga. No te alejes porque si no no puedo.
Él la pegó más a su cuerpo y besó su frente mientras cerraba sus ojos con fuerza.
-No voy a dejarte nunca. Eso no va a pasar.
-Voy a salir corriendo.-dijo ella.-Voy a salir corriendo y voy a esconderme. No puedo evitarlo.
Él atrapó sus labios y afirmó sus brazos a su alrededor.
-No voy a dejar que te vayas. -murmuró.
Ella fue tranquilizandose lentamente hasta que se durmió. Y mientras ella soñaba entre sus brazos, Elthon se preguntó por qué ella estaba tan frágil. Se preguntó qué era lo que pasaba por su cabeza. Se preguntó cómo lograría hacerla completamente feliz.

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