El silencio reinaba en la casa. Amber estaba en su habitación, los jóvenes en la perteneciente a ellos y Elthon en la de Emma, con ella. Él le secaba el pelo con cuidado y ella permanecía en silencio. No había pronunciado palabra alguna desde esa tarde y eso hacía que él se sintiera fatal.
-Linda, decime algo.-pidió. Ella miró sus manos y suspiró.
-No me gusta dormir sola.-murmuró.
-¿Queres que me quede?- ella asintió suavemente y él le acarició la mejilla con dulzura. -Está bien, hermosa.
Los dos se recostaron en la cama y él la rodeó con su brazo dejándola acurrucarse contra su pecho.
-Mañana vamos a trabajar juntos, ¿si? Vas a venir conmigo.
-Parker me odia.- murmuró ella con sus ojos cerrados.-Piensa que todo es mentira, que solo invento cosas para estar con vos.
-No le hagas caso.- susurró él con los labios rozando su frente. -Él tampoco quiere aceptar la guerra.
-Ya no sé ni siquiera quiénes están en guerra.-susurró ella.
-Yo tampoco.
El silencio se extendió por la habitación y ambos se durmieron abrazados.
Unos fuertes golpes los despertaron. La voz de Amber resonaba desde el piso inferior. Elthon miró por la ventana y el temor se apoderó de él.
-Escondete.-dijo con rapidez.
-¿Y los chicos?
-Voy a salir, vos andá con ellos y escóndanse.
Ella corrió a la otra habitación y los despertó.
-Vengan, vengan.- pidió. -Rápido. Antes de que nos encuentren.
Ellos se pusieron de pie adormecidos y se asomaron a la ventana. Venían a buscarlos. La hora había llegado pero no querían ir. Ella corrió la madera del fondo del armario y les dijo que pasaran.
-¿Cómo sé que no mentís?- preguntó Parker.
-Entro última. - dijo ella.
Uno a uno entraron en el pequeño lugar. Los pasos se aproximaban. Emma cerró el armario sabiendo que no haría a tiempo de ocultarse. Abrió la puerta y se encaminó a otro escondite, pero antes se que lo lograra una mano la tomó por el hombro.
-Veo que tenemos una jovencita para nuestro ejército. -dijo esa voz grave que ella despreciaba tanto.- Que lindo volver a verla, señorita Wadlow.
Bajaron en silencio y, al verla salir de la casa, Elthon se tensó.
-¡No!- gritó. -¡No! ¡No pueden llevarla!
-Está enlistada.-dijo el comandante. Elthon trataba de soltarse de su agarre pero era inútil. No podían llevársela. No podía permitir que volvieran a llevarla a la guerra.
Ella quiso acercarse a él pero no se lo permitieron.
-¡Elthon! -gritó con lágrimas en los ojos mientras la subían al camión. -¡Elthon!
El joven corrió tras el camion pero no había forma de alcanzarlo. No había modo de salvarla.
Cayó de rodillas en el medio de la calle con las lágrimas mojando sus mejillas.
Sus promesas comenzaban a romperse, a quebrarse con cada metro que ella se alejaba.
Al entrar en la casa estaba destrozado. No sabía qué hacer. Se dejó caer en el sillón, abatido.
-Se la llevaron.-dijo cuando ellos bajaron. Se tomó el rostro entre las manos.- Se llevaron a Emma.
Todos se miraron avergonzados. Todos menos Parker. No se sentía mal. Sabía que si él se apresuraba o no hacía problema, ella entraría. Lo sabía y había hecho lo posible por no dejarla entrar. Pero no se arrepentía y todos lo sabían.
Laurent se arrojó sobre él y comenzó a golpearlo.
-¡Paren!- pidió Amber.
-Es culpa de él. -dijo Louis con los ojos llenos de dolor y furia. -Él quería que la agarraran.
Los gritos comenzaron a sonar. Todos lo insultaban. Estaban furiosos y era evidente.
Una explosión los detuvo a todos. Elthon, que permanecía ausente ante la pelea, se apresuró a salir. El humo se alzaba, era cerca. Comenzó a correr en dirección al lugar y fue seguido por todos menos por Parker.
Un soldado estadounidense los divisó con rapidez pero no disparó, no hizo nada.
El joven rubio se aproximó a los restos del camión en que se la habían llevado a ella. Un joven de cabello rizado y ojos verdes la tenía en brazos. Elthon rozó el rostro de ella con las manos temblorosas. Ni siquiera sabía de dónde provenía la sangre. Su pulso era débil.
-Por favor.- pidió. -Ella no tiene nada que ver.
-Lo sé. -contestó el otro.-Conozco a Emma. Necesitamos curarla.-dijo.
Elthon no sabía que decir. ¿Cómo la conocía? ¿Qué estaba pasando?
Sin embargo, los llevó hasta la casa. La prioridad era Emma. Ella siempre era lo primero, lo que mas le importaba y aquello por lo que valían todos los riesgos.
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Piensa lo que quieras.
RandomEstoy encerrada en una maldita casa de campo mientras los aviones destruyen mi ciudad natal con sus bombas. Una guerra sin sentido en un lugar que nadie conoce. Estoy harta de todo esto, estoy cansada de no tener palabra ni voto en este mundo tan eq...