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-Samuel.-murmuró ella llevando la mano a su pecho.-¿Dónde estás?
Elthon se sentó a su lado y la subió a sus rodillas sin que ella ofreciera resistencia alguna.
-Perdón. -dijo él.
-No es tu culpa. No lo sabías.
-Hay muchas cosas que no sé.
-Hay muchas cosas que nadie sabe.- murmuró ella y recostó su cabeza en el pecho de él.
-¿No sabes dónde está? -Emma negó. -Nunca había escuchado que tuvieras un hermano.
-Es hijo de papá. No era reconocido y se suponía que yo no tenía que conocerlo ni hablarle pero nunca fuimos los mejores siguiendo reglas.
Él besó su cabeza y cerró sus brazos alrededor de ella.
-Perdón. Creo que no puedo soportar verte con alguien más. Debe ser ese miedo que nunca desaparece, ¿no? El terror a perderte.
Ella le rozó la mejilla con los dedos y él unió sus labios.
-Te quiero mucho, hermosa.
-Yo también te quiero, Elthon. Te quiero.
Él volvió a besarla, como si eso lograra borrar todo el dolor que quemaba en el pecho de ella y se veía reflejado en su voz.
-Amber se asustó al no verte en el desayuno.
-Amber no quiere que estemos juntos. Pero no quiero separarme de vos.
-Perdoname que te lo diga pero no pienso dejarte por lo que Amber piense.
Ella lo rodeó con sus brazos y se dejó levantar por él.
-A veces son tan chiquita que me da miedo que te rompas.-rió él.
Ella no respondió.  En lugar de eso dejó que su cabeza descansara en el hombro de él.
-¿Puedo acompañarte hoy?
-Hoy no. Mañana ya vas a poder.- dijo él y acarició su mejilla. -Igual no creo que vaya hoy. Los chicos no me necesitan y quiero quedarme con vos.
Él la llevó hasta su habitación y la sentó junto a la ventana mientras revisaba la herida de su pierna. Ella miraba hacia el exterior, buscando en el horizonte, el fin de la guerra pero lo único que vio fue un camión de reclutamiento.
-Deciles que entren.- pidió Emma.- Si los ven van a llevarlos.
Elthon bajó rápidamente y los juntó a todos en su habitación. Todos estaban pendientes de ese camión. De esa llamada a la muerte en cuatro ruedas.
Laurent tenía su mirada clavada en la chica. Ella estaba sentada en las piernas de Elthon mientras este la rodeaba con sus brazos. Se veía deprimida, ida, marcada por una guerra en la que ella jamás debería haber participado.
Cuando el camión se detuvo en el camino de entrada a la casa, sus corazones se detuvieron. Emma se pegó mas a Elthon y este besó su frente.
-Que se vayan.-susurró con un hilo de voz.-Por favor. Que se vayan.
-No van a llevarse a nadie.- quiso tranquilizarla Elthon pero era inútil. -Quédense todos acá.
-No.- dijo ella de terror.- No bajes.
-Robin...-pidió y este tomó a la chica.-Perdoname mi amor, pero tengo que bajar. No puedo dejar a Amber sola con eso.
Salió de la habitación y Louis la agarró a ella y se sentó con ella, del mismo modo en que lo hacía Elthon.
-Se lo van a llevar.-lloró ella en su pecho.-Se van a llevar a Elthon.
-Emma,- dijo Zayn arrodillándose a su lado.- conocemos a Elthon, no van a conseguir llevarlo.
Sin embargo, lo vieron salir junto con los militares. Ella gritó con el dolor creciendo en su pecho y quiso correr escaleras abajo pero Zayn la sostuvo.
-No.-lloró ella.-Dejame ir. Dejame ir.
Tras un duro esfuerzo logró soltarse y bajar las escaleraa corriendo.
-Emma, no.-dijo Amber y Elthon volteó.
La chica se abrazó a él con fuerza mientras lloraba. El joven rubio la rodeó con sus brazos con fuerza y hundió su rostro en el pelo de ella.
-No.- sollozó ella.-No pueden llevarte.
-Voy a volver. Emma, voy a volver.-murmuró y unió sus labios a los de ella casi con desesperación. -Te quiero, pequeña.
Los separaron y él le arrojó una mirada de advertencia.
Emma suplicó pero no había forma de que no se lo llevaran. Cayó de rodillas cuando el camión arrancó. Su pecho dolía y su respiración se volvía mas cortada y pesada. Sentía como arrancaban a Elthon de su lado y dolía, dolía aún mas que una bala atravesando su carne

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