F1/Moto GP One Shots

Lance Stroll

Maratón 2/8

Al llegar al circuito muchos periodistas se abalanzaron sobre mí, rápidamente me adentré en el garaje de Aston Martin en busca de Lance.
Al llegar lo encontré hablando con sus mecánicos, sin interrumpirlo me aparté hacia un lugar donde pudiera ver la práctica libre.
Poco tiempo después Lawrence Stroll llega a mi lado, saludandome amablemente con un cálido abrazo. Desde que Lance y yo comenzamos a salir él me recibió con los brazos abiertos en su familia, al poco tiempo conoció a mi padre y se volvieron inseparables desde entonces.

A veces pasa tiempo en los que no nos vemos, ya sea por las carreras de Lance o mis partidos y entrenamientos de Volleyball, hoy era uno de esos días donde nos reencontraríamos luego de varias semanas.

Charlando con Lawrence nos actualizamos un poco sobre el otro,  pero debimos dejarlo para después cuando la práctica estaba a punto de comenzar. Todos en el equipo tomaron lugar en sus puestos y una chica a la cual reconocí como la Community Manager de Lance me guío hacia mi lugar, donde tenía gran vista hacia los monitores en los cuales transmitían los movimientos de los autos.

Tiempo después todos los pilotos volvieron a boxes, para dar por culminada la sesión del día de hoy. Al bajarse de su monoplaza, Lance me vió, rápidamente se quitó el casco y corrió hacia mí. Me abrazó efusivamente mientras me hacía girar en el aire, al dejarme nuevamente en el suelo nos besamos.

-Te he extrañado tanto estas semanas.- confesó.

-También yo amor.

-Ahora debo ir a cambiarme pero luego seré todo tuyo, de acuerdo?

-Está bien.- sonreí y él me besó otra vez antes de irse.

Minutos después volvió a donde me encontraba y salimos de allí, en cuanto salimos del circuito muchos fans se acercaron a nosotros, ambos bajamos del auto para acercarnos a ellos y dar autógrafos. Algunos me reconocieron y además de pedirle selfies a Lance me lo pedían también a mí.
Yo gustosamente acepté, siempre he creído que los fans son muy importante al ser una figura pública y jamás me atrevería a abandonarlos, lo que a mí me cuesta algunos minutos a ellos puede cambiarles la vida, lo sé porque yo también estuve en su lugar en algún momento.

Cada persona a la cual le daba mi autógrafo o me tomaba una foto me repetía lo mismo.
“Lo siento mucho” o “Ni siquiera puedo imaginar lo que estás pasando”, desde hace unos días esas frases se volvieron más comunes de lo que me gustaría.
Yo simplemente les dedicaba una débil sonrisa y les agradecía.
Era extenuante que todo el mundo estuviera al tanto de mí a cada segundo del día.

Luego de un tiempo volvimos al auto y yo me encontraba algo incómoda por todos los pésames que había recibido en tan poco tiempo, mientras Lance conducía tomé mi teléfono para intentar distraerme hasta que me topé con una noticia la cual fue imposible ignorar.
El titular “Andrea Jameson: el ex voleibolista y padre de la campeona el cual falleció 2 días atrás en Toronto” llamó mi atención al instante.

Al leer la noticia la nostalgia me invadió, en ésta repasaba muchos momentos memorables de mi padre, en su carrera y en la mía.
Además de ser uno de los mejores jugadores de su generación también fue mi mentor.
Si bien comencé a entrenar por decisión propia él siempre estuvo ahí, apoyándome.

Flashbacks comenzaron a hacer presencia en mi cabeza, mi primer entrenamiento, mi primer partido, mi primera lesión y sin duda el mejor, mi primer campeonato. En las últimas temporadas mi equipo fue imparable pero como todo lo bueno, tuvo su fin.
Al comienzo de ésta sufrí un esguince en mi mano hábil el cual me dejó fuera cerca de 3 partidos. Al mismo tiempo que me recuperé a mi padre le diagnosticaron cáncer y todo mi mundo se derrumbó.