Carlos Sainz

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Maratón 3/8

-Sigues esperando que te llame?- preguntó Carlos entrando a mi oficina.

-No claro que no.- recibí una mirada fulminante del español- No lo sé, es solo que creí que llamaría para disculparse.

-¿De verdad? Sigues con eso, superalo, él no te merece Addisson. Jamás lo hizo.

-No digas eso Carlos, es un buen chico.

-Ni tú crees lo que estás diciendo, alguien que no te da más que angustias y tristezas merece estar fuera de tu vida.

-Y tú si sabes lo que yo merezco?- pregunté un poco harta de su comportamiento.

-Sé que no mereces a alguien que se acostumbra a lastimarte, alguien que no te valore.
Mereces a alguien que sueñe y fantasee contigo. Quién no esté dispuesto a ser solo tu amigo y que sane tus heridas.

Tomó mi silencio como una señal para seguir hablando.
-Dime como hago para ser yo.

-Carlos…- intenté decir algo antes de que continuara pero fue en vano.

-Mírame.- demandó- juro que si dices que no sientes nada por mí me iré justo ahora.

Hizo una pausa para escuchar mi respuesta pero no era capaz de decirle lo que estaba pidiéndome, no sería capaz de mentirle.
A paso lento se acercó hasta mí, tomando mi cintura comenzó a repartir besos sobre mi cuello.

-Con mis besos quedaste encantada- susurro con superioridad- sabes que no fue un error lo de la noche pasada.

Al instante los recuerdos de hace unas noches atrás invadieron mi cabeza.
Carlos recorriendo mi cuerpo, dejando besos en el camino, las sensaciones que me provocaba en mí. Mi piel se erizo y el madrileño lo noto.

-Se que estas cansada de él y que en las noches sueñas conmigo.
Solo yo supe complacerte como lo mereces. ¿No es así?- susurro ahora en mi oreja.
-Él no te mira como yo lo hago y jamás podrá hacerlo. No sabe cómo valorar a una mujer como tú.
Ya no quiero ser tu amigo. Quiero ser quien sane tus heridas, quien se despierte a tu lado cada mañana.

Cuando estábamos a centímetros de besarnos alguien interrumpió en mi oficina, al instante me separé de Carlos y reconocí a mi ex novio, justo ahí en la puerta.

Su rostro cambió al instante y la furia era visible en él.
-Maldita zorra, sabía que tenías algo con él.
No sabía que se te daban bien las sobras de otros, Sainz.

-Oye…- intenté hablar pero Carlos se me adelantó.

-No le faltes al respeto.- se paró frente a mí de forma protectora.

-No digo nada que no sea verdad. Eres una ramera, es cuestión de tiempos que te revuelques en su cama.- tomó unos segundos para mirarme y continuó- Ya lo hiciste no es así?- hablo con cierto asco hacia mí.

Esta vez fui yo quien decidió hablar.
-Terminamos hace semanas, ¿qué quieres de mí? Luego de los mensajes que me enviaste ayer, diciendo cosas tan hirientes.
¿Qué esperabas? ¿Qué te recibiría aquí con los brazos abiertos como si nada hubiera pasado?- salí de detrás de Carlos para poder verlo mejor.
- Soy lo suficientemente mayor como para que alguien como tú me diga que es lo que puedo o no puedo hacer. Perdiste tu oportunidad James. Superalo

Carlos me miraba con orgullo.

-Yo te di todo, TODO!- dijo esto último elevando su voz.- Pero claro, como eres una perra desagradecida, vas corriendo con él.

-Oye, ya te lo he dicho, no le faltes al respeto.- Carlos volvió a interceder.

-¿O que?- inquirió James, mi ex, acercándose al madrileño.

-O te las verás conmigo, créeme, jamás me agradaste.

Rápidamente Carlos agregó.
-Te lo pido, dame una sola maldita razón y te partiré la cara. Solo una.

La mirada de James cambió, ya no lucía tan valiente como cuando estaba insultándome.
No fue capaz de mirar a Carlos a los ojos durante mucho tiempo más.
El español al notar esto intentó disimular una sonrisa de superioridad.

-Ahora largo, no quiero que molestes a MI mujer.

Éste lo miró extrañado pero antes de que pudiera decir algo más Carlos volvió a hablar.

-¿Que no escuchas? Largo, Vete, Ciao. En cuantos idiomas debo decirlo?

Pareció como si el otro hombre se hubiera teletransportado de lo rápido que desapareció de nuestras vistas.

Carlos, quien estaba realmente tenso, al sentir mis caricias en su espalda se relajó significativamente y exhaló fuertemente.
Se dio media vuelta quedando frente a mí. Tomó mi cintura atrayéndome hacia él.

-Mi héroe- bromeé victimizandome.

Ambos reímos hasta que pregunté.
-Así que “Tú chica “?

-Solo si tú quieres serlo, te prometo que te trataré como mereces y enamorarte cada día más.

-Jamás podría decirte que no Carlos, tienes ese efecto en mi.- confesé susurrando sobre sus labios.

-Lo sé, soy irresistible- bromeó.

Con mis brazos alrededor de su cuello y los suyos alrededor de mi cintura, el espacio entre nosotros fue disminuyendo hasta que prácticamente no existía.

Luego de un tiempo debimos separarnos por falta de aire, pero permanecimos abrazados con nuestras frentes unidas.

-Te amo demasiado Carlitos.

-También yo princesa.
¿Sabes? Eres la única que puede llamarme así.

-Lo sé- dije con superioridad.

Volví a mi lugar para continuar con mi trabajo pero Carlos permaneció en el mismo lugar, siguiendo mis movimientos con sus ojos.

-¿No deberías ir a la pista? O quieres quedarte aquí todo el día?

-¿Puedo hacerlo?- preguntó con picardía.

-No, tú debes de hacer tus cosas de piloto y yo debo editar este video para el canal de YouTube de la escudería. Así que vete.

-¿Me echas de tu oficina?- fingió estar ofendido mientras levemente lo empujaba hacia el exterior.

-Exacto.- y cuando estuvo lo suficientemente fuera de lugar, cerré la puerta en su rostro.

Dios, como amo a este hombre.

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Carlitoss🫶🏼
Amo, amo, amo. GRACIAS A TODXS

-Con amor
-B♡

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