Capítulo 1

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Antes de comenzar esta nueva aventura, te advierto algo: Nadie pasa de este capítulo, aquí mandan los lectores que comentan mucho

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Antes de comenzar esta nueva aventura, te advierto algo: Nadie pasa de este capítulo, aquí mandan los lectores que comentan mucho.

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[...]


El reloj que se encuentra colgado sobre la carcomida pared blanca marca las 6 de la tarde, abriendo paso a la ruidosa alarma que retumba por la pequeña habitación, anunciando así el inicio del atardecer.

Marco se encuentra recostado en la cama, cubierto hasta el cuello con sábanas blancas, no se inmuta ni un poco y se mantiene en la misma posición mientras duerme profundamente.

A su lado, Zander lo contempla detenidamente, analizando las cansadas facciones de su rostro, contando una a una las pestañas de sus ojos y finalmente memorizando por milésima ocasión la forma de sus delgados labios; recordando la radiante sonrisa que solía haber en ellos.

El reloj marca las 6:45 de la tarde cuando Zander se levanta para comenzar con su rutina usual antes de ir a trabajar. Toma una rápida ducha y al finalizar se asegura de colocarse bastante loción por todo el cuerpo. Camina desnudo por la habitación con cuidado de no hacer mucho ruido y se coloca nuevamente justo a un lado de Marco, observando atento la manera en la que su abdomen sube y baja, sonríe aliviado y se dirige hasta el tocador para comenzar a maquillarse.

Se detiene de golpe a medio camino mientras percibe a través de sus fosas nasales el peculiar aroma que comienza a llenar la habitación...

Y no puede evitar recordar todo aquello que viene con este.

No puede evitar pensar en él; su sombrilla.

No puede evitar recordar su niñez, y sobre todo, no puede evitar sentir el dolor y la culpa que acompañan siempre a ese peculiar aroma que tanto ama.

Eleva la vista hasta encontrarse con el reflejo que le devuelve el espejo frente a él y puede observar la mueca de tristeza que se ha plasmado en su rostro. Rápidamente, aleja su mirada, porque desconoce por completo el reflejo de su persona.

—Sólo una noche más —repite para sí mismo con dolor.

Siente su corazón estrujarse y aprieta sus ojos con fuerza, porque sabe que esta no será esa noche más. Sacude su cabeza y aleja todos esos pensamientos que empiezan a abrumar su persona, quizás, mañana lo sea.

Continúa su camino hasta el tocador mientras enreda una toalla sobre su cintura, cubriendo de esa manera su desnudez. Coloca un poco más de loción sobre la piel expuesta de su pecho, tratando de ahogar de esa manera el aroma a café que llena la habitación, ahogando también los recuerdos y los sentimientos.

El caos que implica amar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora