Solía llamarme veneno, como si fuera una hiedra venenosa.
Podría haber muerto en ese momento porque él estaba justo a mi lado...
Lana del Rey - Ultraviolence.
ALERTA: Hay contenido sensible en el capítulo, si os disgusta la parte, son libres de saltarla y luego tratar de entender.
[...]
Zander camina con pasos torpes, abstraído en sus pensamientos. Recuerda extasiado la noche anterior, repasando en su mente con detenimiento cada detalle, cada sensación, cada acción. Hace una mueca de disgusto mientras se detiene frente a la desgastada puerta de su departamento. Muerde su labio inferior pensativo, sintiendo una extraña sensación de inquietud abordándolo, como si hubiera olvidado algo muy importante, tal vez...
No uso condón.
Lleva sus manos hasta su cabeza y estira de su cabello con impotencia. Siente sus piernas desfallecer y se deja caer sobre el piso, deshecho y asustado.
¿Y si lo ha contagiado de algo?
No, eso no puede pasar.
Debe mantenerse sano para así poder velar por Marco, para poder mantener su brillo intacto. No puede enfermar, no puede ser débil...
Menea su cabeza con brusquedad, alejando las idioteces que su mente está comenzando a plantear. Una sonrisa burlona se dibuja en su rostro y se torna alegre y dulce, Zander desconcertado por su repentino cambio, sigue tratando de recordar el momento en que D’Angelo uso protección, sin embargo, nunca pasó...
Levanta la mirada y mira horrorizado algún punto en la desgastada puerta de madera. Se siente impotente y enojado, está volviéndose loco y lo único que le queda para sentirse más tranquilo es que no se trataba de un cliente cualquiera, él era un prestigioso millonario, uno amable y de linda sonrisa, alguien sin defectos que definitivamente no le haría daño de ninguna manera.
Zander respira profundo y se levanta. Abre la puerta con cautela, cuidadoso de no hacer mucho ruido y al entrar a su departamento divisa a Marco sobre la cama, durmiendo profundamente. Sonríe con ternura y después de observarlo durante un rato camina hasta el baño.
Comienza a desvestirse frente al espejo mientras clava su mirada sobre las rojizas marcas que cubren su lechosa piel, un escalofrío recorre su espalda al recordar los tibios labios de Damiano deshaciéndolas, devorándolo.
Exasperado, comienza a negar con su cabeza, tratando de reprimir sus pensamientos. Suspira decepcionado y se introduce bajo la regadera dejando que el agua se lleve consigo las caricias ajenas y el toque sutil sobre su piel, así como esa extraña sensación que lo invade de a poco a poco.
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El caos que implica amar ©
Romance"¿Cuánto costaría toda una vida a tu lado?" [...] Una noche, un callejón. Un hotel de lujo, una suma de dinero, un alma rota y otra vacía. Zander Benson sobrevive sus días bajo una máscara llamada Adonis, una figura enigmática cuya habilidad para e...