Capítulo 7

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La guerra del demonio, la bestia y sus creadores. 

Narrador omnisciente.

Hace muchos años existió una niña a la que le arrebataron a su familia, convirtiéndola en un ser sin escrúpulos, llena de odio y maldad. 

Esa misma niña era ahora un demonio, construido a base de todo el daño que le hicieron, y ahora sólo era alguien sin sentimientos con un único objetivo, derramar la sangre de sus creadores. 

La vida era cruel con quienes menos los esperaban, algunos se dejaban vencer, mientras que otros se convertían en lo que hoy en día era Milán, alguien dañado que no le importaba nada ni nadie con tal de saciar su sed de sangre. 

En ese mismo año también existió un niño, que corrió con la misma suerte del demonio, ambos los destruyeron en el mismo infierno, él se había convertido en una bestia que se escondía para después sacar las garras y matar a su oponente. 

El demonio te atraía con su belleza angelical, pero la bestia te llevaba al infierno mismo, nadie se resistía ante tal tentación. 

Y aunque ambos fueran creados con el mismo objetivo, fueron más fuertes que sus creadores y juntos acabarán con ellos, pues la bestia y el demonio están destinados a estar juntos. 

Aunque un largo camino les espera por delante. 

Massimo Hasselman se encontraba en su alcoba, pensando en lo que un día tuvo y que por cobarde dejo ir, él no se imaginaba que al otro lado de la ciudad se encontraba Milán, adentrándose a las instalaciones donde yacía uno de los legados más importante del mundo de la mafia. 

Caminaba sin pensar con dos armas en mano y con ganas de derramar la sangre de todo aquel que se opusiera en su camino. 

El comandante por el contrario la seguía sin pronunciar algún tipo de sonido, ya que si lo hacía probablemente terminaría con un tiro en la sien por parte de la general. 

Conocía el territorio y no por que eso fuese algo que él quisiera, había sido parte de ellos y por muy alejado que estuviera no podía traicionar a la organización, aunque eso no tuviese sentido, ya que si Milán se encontraba en peligro no dudaría en irse contra ellos. 

Aún no sabía el porque, pero sentía la necesidad de proteger a esa niñata mimada, que lo traía al borde de la locura solo con ver sus ojos. 

Le resultaba inexplicable el echo de que solo llevaba unas horas de conocerle y sin embargo sentía tanta atracción por ella. La general les hace una seña que los detiene a todos, puesto que a escuchado algo. 

Su oído queda contra la puerta de la que salen los llantos de un bebé, una sonrisa macabra surca en sus labios al maquinar lo que hará. 

Era una persona sin escrúpulos y si tenía que matar a todos los que estaban dentro lo haría, sólo quería joder a los Hasselman como diera lugar. Le hace una seña a su prima, quién se le acerca de inmediato, le susurra al oído algo que, sólo ellas dos saben.

El comandante fija los ojos en las dos locas que tiene delante, pues estas no dejan de hablar en susurros, frunce el ceño extrañado cuando Christina se aleja con cinco escoltas más, porque eso si habían llegado al territorio de los dragones pero bien armados, aunque eso no fuese de suma importancia pues la líder del imperio del fuego estaba allí. 

Él se acercó a Milán y esta esperando algún tipo de repudio hacia él se extraño al sentir todo lo contrario. Sentía la extraña sensación de tenerle cerca y eso no le estaba gustando en lo absoluto. 

Tentando a un Demonio [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora