Capítulo 15

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☆☆☆☆☆☆

Caos y sangre. (Parte 1)

Kalum.

En estos momentos no sabía si matar a Tatiana por su idiotez o ir a terminar de matar a Eros a ese maldito hospital en el que estaba. 

No era imbécil y había escuchado la dichosa llamada en la que Milán estaba, mientras hablaba lo nombro, y ya no me quedaba ningún tipo de pensamiento coherente. 

Veo como Milán esta a la espera de una repuesta que no le daré, ya que no le debo explicaciones, así como ella no me dijo ni menciono el que estaba con el maldito de Eros yo no tenía por que explicar lo que vio. 

Su arma tenía silenciador por lo tanto si nos metía un tiro nadie se daría cuenta, cosa que no nos favorecía en absolutamente nada. Pero ahora lo único que quería hacer el torcele el cuello a Eros.

Me cruzo de brazos observándola fijamente, me estaba buscando mi propia muerte pero sinceramente no me interesaba más que hacer que se cabreara mucho más de lo que estaba. 

Entendía a la perfección el ruso, y por lo que había escuchado estaba hablando con el maldito de Eros. 

—¿Por que tendríamos que darle explicaciones general? —siento los ojos de Tatiana sobre mi y no me interesa, ya que Milán también me debe una explicación—. Estábamos hablando solamente. 

Una sonrisa surca en mis labios y veo como tensa la mandíbula acercándose a nosotros, sus ojos han pasado de ser azul a ser completamente negros, bastante turbio y peligroso. 

Y creo que los míos han de estar igual o peor que los suyos, ya que tanto ella como yo estábamos cabreados. 

—No creo que le interese saber sobre nuestra vida personal —espeto fríamente—. Por algo es personal —recalco lo último.

Tatiana me da un leve golpe en el brazo y los ojos de Milán van directamente hacia su mano, provocando que la aparte al instante. 

—Kalum deja de decir estupideces, por que esta loca nos puede matar en cualquier momento —suelta entre dientes.

Fijo mis ojos en ella. 

—Vuelve a tan siquiera llamarla así y te corto la maldita lengua —pronuncio solo para los dos y veo como endurece la mandíbula—. Aquí no está pasando nada general Tylor —la observo que esta más tensa—. Eso es algo personal, que a usted no le incumbe. 

—¡¿CÓMO?!, ¡¿QUÉ NO ES DE MI INCUMBENCIA?!, ¡¿ESA ES TU EXPLICACIÓN?! —grita al ver que no le respondo—. Bien, tu mismo decidiste las consecuencias. Ahora te vas a joder porque no tendré piedad contigo. 

No me muevo y simplemente me mantengo en mi puesto sin ceder ante sus delirios psicópatas. Ella estaba jugando y yo también sabía hacerlo, probablemente terminaríamos en una contienda en la cuál no estaría dispuesto a ceder. 

—General nosotros... —Tatiana no termina de hablar cuando un disparo resuena y veo como cae a mi lado con una pierna ensangrentada.

Chilla al ver como la sangre no deja de salir y ni que pida ayuda la van a escuchar, ya que los escoltas de Milán aparecen y le colocan una mordaza para que no se escuche absolutamente nada. 

Se remueve en el suelo cuando la atan de manos y pies, no hacen nada para que la sangre se detenga y eso es lo que menos me interesa. Por mi que hiciera lo que se le de la gana con Tatiana. 

—Habla y te juro que te ira peor —sentencia a verla sollozando en el suelo entre su propia sangre con la mordaza entre sus labios—. Y tú Smith —posa sus ojos sobre mi—. Deje muy claro mi advertencia Kalum, y estás jugando con fuego. 

Tentando a un Demonio [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora