Capítulo 22

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Quiero darle las gracias por todo su apoyo, hoy TAUD cumple 10 meses en la plataforma y ustedes dirán, ¿Porque actualizaste hoy?, Porque hoy también es mi cumpleaños y quería celebrar con ustedes.

De verdad les agradezco mucho el apoyo, son las mejores lectoras. Las adoro con todo mi corazón espero que les guste.

Las amito Ali 😍💖.





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Deseos insaciables.

Kalum. 

Me mantengo de pie frente a la cama en donde yace Milán, conectada a un montón de máquinas, Cora logró detener el sangrado, y los síntomas ya no están, de hecho desaparecieron cuando pisamos Rusia. Esto es algo que ya sabía, pero no obstante Cora decidió ocultar. 

Era lo mejor para Milán. 

Apesar de que ya estaba estable, no despertaba aún. Sólo dos personas tenían permitido entrar a la habitación donde se encontraba, Cora y yo, ni siquiera sus padres tenían permitido la entrada.

Puesto que era una ley, mientras uno de los cuatro peligros estaba mal, solo ellos podían estar a su lado, puesto que no se podía confiar en nadie. En este caso Cora y yo, éramos los únicos permitidos para entrar.

Claramente esto fue algo que a sus padres no le gustó para nada, pero a mí ellos me valían mierda. Lo único que me interesaba en estos momentos era que Milán despertase, todo lo demás era insignificante.

Camino hasta quedar junto a ella, mientras que los recuerdos de lo que vivimos toman peso. Estaba seguro que ella no recordaba absolutamente nada, y eso era algo a mi favor.

Sobretodo ahora que Kek estaba suelto.

—Tienes que despertar —le hablo examinando su rostro—. Ya te lo dije, no te voy a soltar jamás. Ni aunque huyas. —el cabello dorado está tejido en una trenza.

No logramos sacar el chip, pero si encontramos solución a los síntomas. Cora creo una nueva versión del antídoto, la cuál está sacada directamente de las partículas de mi sangre, lo replicó y eso ayudo.

Pero no sabíamos cuánto tiempo duraría. Me mantengo observando la respiración de mi mujer, mientras que trabajo en el operativo. El que esté en Rusia no impide que haga mi trabajo.

Una llamada entra a mi móvil y lo tomo viendo que es un número desconocido. Mi cuerpo se tensa cuándo la llamada muere de repente, y esa la es señal que me dice quién es. El móvil vuelve a timbrar y no lo pienso a la hora de atender.

—Estabas esperando mi llamada querido hermanito —escucho la voz ronca de Kek—. ¿Cómo está mi presa?, ¿Ella sigue con vida?

Mis ojos recaen sobre Milán y mi mano ejerce tanta fuerza sobre el móvil, que probablemente se quiebre. Todos los músculos de mi cuerpo se tensan, y la respiración se me agita cuándo una mala sensación se aloja en mi tórax.

Conocía a Kek, y si algo sabía era que solía ser muy obsesivo, perverso y sádico. Pero no pensaba permitir que le tocara tan siquiera un cabello a Milán.

—Esta guerra es entre tú y yo. Pero has decidido intentar joder a mi mujer —suelto con lentitud tratando de controlar los instintos de la bestia—. Conmigo puedes hacer lo que se te dé tu gana, pero con ella no.

Tentando a un Demonio [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora