Tentando a un Demonio [+21]

Capítulo 6

☆☆☆☆☆☆☆ 

Ganar o morir (parte 2). 

Milán.

2 años atrás...

Oscuridad. 

Todo estaba oscuro y no lograba moverme, algo retenía mi cuerpo. Abrí los ojos lentamente y una luz dio directamente en mis orbes, obligandome a cerrar los ojos de nuevo. Escuchaba el movimiento de las personas a mi alrededor. 

No recordaba dónde estaba, o quién me había traído, a dónde sea que estuviera. Pero no me sentía bien, sabía que algo no iba bien, y nunca me equivocaba, lastima que eso es algo que aprendí con el tiempo. 

Desde que mi familia había muerto, una parte de mi murió con ellos. Aquella parte humana que tenía, si es que en algún momento la tuve, se había esfumado tras su muerte, y no volvería por que ya era ese demonio que se habían empeñado en crear. 

Sólo que ellos ya no me controlaban, y me vengaría así muriera en el proceso. 

Cuando me sentí lista abrí los ojos de nuevo, todo estaba borroso, pero a lo lejos lo vislumbre a él. Observandome desde una silla, sus ojos me suplicaban perdón y la tristeza desborda en ellos. 

No entendía absolutamente nada, ¿donde estábamos?, ¿por qué estaba tan lejos de mi?, ¿que me habían hecho?,  hasta que entendí lo que estaba sucediendo. Sonreí para mis adentros al saber que había logrado mi objetivo. 

Ay Massimo pensaste que me tenias bajo tu control, cuando ni mi madre pudo conmigo. 

—Por fin tenemos al demonio —esa voz me trajo de vuelta a realidad—. Es un gusto tenerte en nuestro aposentos, te trataremos como toda una reina. No sabes cuanto me alegra que estés aquí de nuevo.

Mis ojos se posan en él, quién aparta la mirada al instante y sale dejándome allí. ¿Como pudo?, había sido capaz de llevarme ante León, cuando me juro que no lo haría. Fijo los ojos en León quién sonríe.

—Te dije que no te escaparías de mi —se acerca a mi—. Voy hacer que nunca me olvides, diablo rubio. 

—No soy una persona a la que debas retar, si tú tomas tus decisiones y luego te arrepientes, pues que pena, para la próxima piensalo dos veces, por que ahora voy a destruir tu vida —mis ojos se encuentran con los suyos—. Te va a pesar León, te pensar toda la puta vida el haberte metido conmigo. Por que te voy a atacar en donde más te duele. 

—No te tengo miedo maldita —toma mi mentón con fiereza—. Yo también puedo destruir tu vida. 

—Tú y el idiota que tienes por hijo creen que me tienen —me suelto de los amarres y rápidamente tomo una navaja que termina sobre su cuello—. Cuando claramente soy yo quién los tiene a ustedes. No confío ni en mi sombra, e investigó a todos lo que se me acercan. ¿En serio pensaste que me creí eso de que Massimo estaba enamorado de mi?. Ay León tantos años y sigues siendo el mismo imbécil de siempre. 

—Matenla —ordena furioso. 

Sus hombres no hacen el más mínimo esfuerzo por defender a su "jefe". Massimo y León son tan imbéciles que jamás se dieron cuenta de que sus hombres los traicionaron. Mejor dicho que siempre fueron infiltrados, y que preferían mil veces enfrentarse a ellos, que a mi. 

—Esto es una guerra, y solo uno de los va a vencer. Sólo uno va ganar y el otro morir, pero yo no seré quién va a morir eso tenlo por seguro.