19 | 1997

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Guillermo Ochoa de 11 años, en ese pequeño barrio de Guadalajara, todos lo consideraban un pequeño niño agresivo, tenía un gran historial en las peleas por ello era muy respetado, tenía su grupo de amigos los cuales querían ser como el, cosa que jamás sucedería, ¿Que por qué se volvió así?, Fácil, le faltaba atención en casa, el matrimonio de sus padres estaba por acabarse, lo descuidaron cuando su hermana no pasaba por un buen momento, enfermo muy gravemente a tal punto que necesito estar hospitalizada por un par de días, poco le importo y siguió con su rutina normal, después se dió cuenta de lo invisible que era para sus padres, ni siquiera notaban cuando el no estaba en casa, eso dolió y mucho.

-¡Hey Memo!, ya hacías falta por aquí, el barrio te extraña.- Dijo uno de sus amigos, acercándose a él, enredo uno de sus brazos por sus hombros.

-¿A quien mierda golpeaste?.- Pregunto el rizado.

-¿Por qué lo dices?

-La sangre en tus nudillos te delata, si no te las puedes vendar al menos enreda algo de cinta para así que no tengas que mancharte las manos.- Dijo mientras salía del agarre de su amigo y fue a chocar la mano con los demás.

La mayoría de sus amigos son de 12 años o 13 años, se habia hecho amigo de casi todo el barrio por su gran habilidad a la hora de la pelea.

-Hey, viste que hay un nuevo niño por aquí?

-Oí que es un chico argentino.- Guille suspiro, ya sabía a qué querían llegar.

-No iré, se que siempre les damos la bienvenida pero, tiene 10 años, no mamen no sean culos.- Comento el rizado mientras seguía vendando su mano.

-Oh vamos Paco!, Nunca te has rajado a nada wey, ya ni cuando le dimos la bienvenida a Ángel, no mames.

-Luis te he dicho que no lo haré.- Suspiro y se acercó a el -Y si ustedes se meten con el, mis nudillos lo harán con ustedes.- Se alejo de el.

Guillermo vagaba por las calles, paso por un callejón donde miro a sus amigos rodeando a alguien o a algo, suspiro y fue tras ellos

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Guillermo vagaba por las calles, paso por un callejón donde miro a sus amigos rodeando a alguien o a algo, suspiro y fue tras ellos.

—¡Pendejo, te dije que con el no!— Le dió un empujón.

—Chinga toda tu puta madre Guillermo, ya no eres el mismo, ahora solamente eres un zacatón!— Recibio un puñetazo del rizado.

—¿No le miras la cara?, tiene miedo, es un puto niño, imbécil!— Dijo Ochoa tomándolo de la camisa, sin piedad alguna lo golpeó varias veces, hasta que quedó satisfecho.

—¡Larguense de aquí!, ¿O también quieren enfrentarse?— Los demás negaron y salieron corriendo, el menor lo miro como su héroe, aquellos niños eran mayores que él y ese chico pudo con todos siendo menor, quería ser como el.

—¿Estás bien?, Esos idiotas si que no te tuvieron piedad.— Lo tomo de sus mejillas examinando sus heridas, dió un suspiro —Se como arregarlo, normalmente no hago esto.

Segunda vista | Mechoa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora