Año 2005.
Lionel Messi era un chico adolescente como cualquier otro, tenía pareja y era el portero del equipo de la universidad, Guillermo Ochoa, un alfa sin duda muy deseado por toda la facultad, pero el argentino lo había ganado. Llevaban meses de relación, pero Leo estaba perdidamente enamorado de el como si fuera la primera vez.
—Hola mi vida, ¿Como va todo?— Guillermo había entrado al departamento, Messi lo miró y sonrió, fue a el y lo abrazó.
—Todo tranquilo Guille, terminaba unos trabajos de la universidad, ¿Que tal tu?
—Todo bien, aún que te extrañe mucho, chaparrito.— Lo apego más a el, Leo sonrió y rió.
-Anda a bañarte. Quiero dormir con vos.- Ochoa sin pensarlo dos veces se fue a bañar.
Para cuando salió el argentino se encontraba preparando la cena, estaba en la pequeña cocina tarareando una canción mientras movía sus caderas. Memo sonrió y lo abrazo por detrás, besando todo su cuello y moviéndose a su par, sacándole risitas al más bajo.
—Pará Guille que se me va a tostar.— Le dió la vuelta al hot cake para después dar media vuelta, quedando cara a cara con su ahora novio.
—Sos el chabón más lindo que he visto, Guillermo.
—Y tu eres el güerito más hermoso que haya pisado esta tierra, Lionel.— Dijo para atacar sus labios. Era un beso feroz y hambriento, al separarse pudo notar los labios rojizos y hinchados de Messi.
—Anda a sentarte, Guille.— Dijo con una sonrisa mientras colocaba los panqueques en el plato de Guillermo.
Ochoa estaba comiendo mientras que Leo estaba sentado a su lado, recargado su cabeza en el hombro del mexicano, muy pronto el argentino estaba dormido en el, Memo al darse cuenta de eso sonrió y cuidadosamente lo llevó a la cama.
Leo estaba medio adormilado, miro el reloj que tenía y eran aproximadamente la 1 de la mañana, sentía una lengua juguetona en su cuello, besos húmedos y al darse cuenta de quien se trataba, sonrió.
—Buenos días, chaparro.— Lo miro y sonrió para seguir besando su cuello.
—Buenos días, Guille.— Dijo casi a susurros, lo tomo por sus rizos invitando al mexicano a que continuará con los besos húmedos en su cuello.
Muy pronto estaba arriba de el, besando cada parte de él, sus manos exploraban sus puntos débiles del argentino, marcaban las curvas de su cintura, apretaba, mordia, besaba, el cuello de Leo era un lienzo que Guillermo pensaba llenar. Sus besos bajaron hasta llegar al abdomen, el trigueño solo jadeaba mientras trataba de reconciliar el sueño, cosa que iba a ser casi imposible.
—Gui-Guille, pará pelotudo, no puedo ahora.
—¿Cual es el pretexto?, Eres tu el problema, eres tan jodidamente sexy que no me puedo aguantar las ganas de hacerte mío.— Dijo mirándolo a los ojos, sus manos quietas en la cintura del más bajo.
Fue escabullendo su mano dentro de la pijama del argentino, masajeaba su muslo, apretandolo y sacándole gemidos a Leo.
—Dios, Andrés me encanta que gimas así por mí, me voy a correr de solo tocarte un poco.— Dijo el rizado con un tono ronco y sin duda bastante seductor.
—Ah~, mierda Memo.
—Sere suave y silencioso, lo juro, solo un rapidin.
—Guillermo no lo haré, ¿Que pensarán los vecinos?— Pregunto preocupado el argentino, parando cualquier acción o intención que tuviera Memo.
—Andalee chaparro.— Rogó una vez más el moreno, mirándolo como un cachorro y un puchero, Lionel termino por aceptar.
Su pecho subía y baja aceleradamente, ¿Que cuanto tiempo estuvieron así?, perdieron la cuenta honestamente, pero no perdió la cuenta de cuántas veces Guille se corrió dentro de Leo y Leo sobre la cama. Una fina capa de sudor cubría ambos cuerpos, Messi no podía respirar decentemente, sentía aún las palpitaciones en su entrada, mientras que Ochoa regresaba apenas del baño, traía en su mano una camisa suya, se sentó a su lado, dio una pequeña palmada en su pierna, dando orden a que el argentino se subiera en ellas. Una vez arriba de el, alzó las manos mientras que el de rizos le colocaba su camisa, lo abrazó por su cadera, ocultando su rostro en el cuello de Lionel, este lo abrazó por el cuello.
—¿Que haremos si quedo en cinta, Guille?— Pregunto preocupado Leo, ya que en sus planes si estaba tener a un bebé, pero no a esta edad.
—Me haré cargo, digo, no estaría mal que haya un cambio de planes, ¿No?.— Dijo algo sarcástico, pero noto como su omega estaba preocupado.
—Leo, aún así te amaré, a ti y a ese frijolito te aseguro que no les faltara nada, te amo hoy, mañana y hasta el fin, Andrés.
—Yo también te amo tanto, Guille.
• 2020 •
Paso lo inesperado, Lionel Messi reconocido a nivel mundial como uno de los mejores futbolistas del mundo, con un pequeño niño de tan solo 8 años que correspondía al nombre de Thiago, se desconocía el paradero de la madre o padre, cuando los periodistas trataban de tocar el tema, el futbolista cambiaba el tema repentinamente, algunos suponían que solo fue un pequeño accidente.
Guillermo Ochoa por otro lado tenía una familia ciertamente estable, su esposa llamada Karla Mora y su pequeña de tan solo 4 años, Lucciana Ochoa. Si, el rehizo su vida, era portero del club América, entraba en esa categoría de uno de los mejores porteros que ha tenido México, así que su economía era alta y a la pequeña Lucciana nunca le negaban nada.
Pero que fue lo que pasó para que esa pequeña pareja del 2005 no quedarán juntos?, lo sabremos más tarde, lo más importante de todo.
¿En un futuro volverían a ser solo el uno y el otro?
Holi, como dije, trataré de volver a hacer todo ya que se me pasaron algunos detalles y sentía que todo iba muy rápido, quiero que vean el desarrollo especialmente de Lionel, su pasado, como fue tener a Thiago.
¿Que hizo después del accidente?, Pues bueno, en esta edición les explicaré eso.
Besitos, los quiero y espero q lo disfruten.
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Segunda vista | Mechoa.
RomansaNadie le dijo a Lionel que vivir su romance adolescente sería tan difícil. Termino siendo madre soltera, pero se aseguraría de que ese pequeño cachorro crezca sano y rodeado de amor, así fue, hasta ese crudo 2020, que los hizo a ambos volver a encon...