Show Me How To Love

Capítulo 6.

Temporada 1, Show Me How To Love.
¿Esperanza o desgracia?. Capítulo 6.

¿Recuerdan cuando dije que "siempre hay un rayo de esperanza"? Pues es mentira. Cuando te adentras en la mierda, solo hay más mierda.

—Francisco, él es Damián, será tu compañero de trabajo a partir de ahora. Espero que se lleven bien. —dijo el gerente con una gran sonrisa en su rostro.

—No se preocupe, gerente, nos llevaremos muy bien. —respondió Damián con una gran sonrisa, como un perro lame culos. Tan pronto como el gerente se fue, su sonrisa estúpida pasó a ser sútil y pícara, mientras me miraba por encima del hombro—. Al final no me llamaste.
—No veo porqué debería.
—¿De qué hablas? Ya nos hemos visto 4 veces, este debe ser el destino.
—El destino y mi guevo, deja de decir idioteces y ven a trabajar, bugarron. —dije en un tono serio.

—... ¿Siempre eres tan amoroso? —Su sarcasmo y falsa sonrisa eran evidentes. —¿Por qué me odias tanto?

—Odiar es una palabra muy fuerte, además de un sentimiento muy fuerte, y no eres tan importante para mí. —
Damián me miró con una expresión bastante graciosa, pero sé que estaba muy confundido. —... Okey, entonces, ¿Por qué te caigo mal?
—No me caes mal.
—¿En serio? —dijo algo emocionado.
—Pero tampoco bien, simplemente no me caes. —Lo miré mal a propósito.

Juro que en mi vida había visto la cara de una persona expresar tantas emociones al mismo tiempo, ninguna refleja felicidad. —Está bien, está bien. Pero ¿por qué? Necesito una buena razón.

—No me mezclo con pájaros, me repudian. —Dije fastidiado. Damián me miró enfadado y se puso serio, en ese momento se quedó en silencio y no dijo más nada, al parecer le ofendí de mala manera porque no me dirigió la palabra en ningún momento y solo sonreía con otras personas.

No sé qué le sucede a ese idiota, pero debería saber que si tienes un compañero de trabajo, que es nuevo en lo que hace, no lo dejas a su suerte de esa forma. Quise tener un momento para hablar con él pero pareciera evitarme, por ejemplo en esta vez: —Oye, Damián, ¿Me podrías decir en qué orden debo organizar los líqui-? —Damián no me dejó terminar y empezó a cargar cajas sin siquiera escucharme. También aquí: Estaba terminando de organizar las sillas y necesitaba ayuda con la mesa, ya que era muy pesada. —Hmm... ¡Oye, Damián! ¿Podrías-? —Damián volvió a irse sin dejarme terminar, simplemente señaló un cartel que indicaba que era su hora de comida. Y aquí: Mientras trapeaba el piso, Damián entró con un grupo de clientes y al parecer todos pasaron por un charco porque todos traían los pies sucios. Mancharon el piso y tuve que iniciar de nuevo.

...

Cargaba unas cajas pesadas y al parecer alguien dejó caer agua en el piso, como no podía ver bien, no me percaté y estuve a punto de caerme con las cajas, por suerte Damián llegó a tiempo pero... Agarró las cajas y me dejó caer.
—¿Acaso no puedes ser prudente? Casi destruyes la mercancía...

«Maldito imbécil, cómo si no fuese él quién me tratara de esta forma, ¿Por qué será qué-?»
En ese momento recordé lo que dije:
"—No me mezclo con pájaros, me repudian."
—Mierda. —Quizás sea porque hasta ahora no lo he visto actuar con un poco de vergüenza o decencia, que asumí que no tenía uso de razón y por ende orgullo. Pero supe de inmediato lo que debía hacer. Busqué a Damián quién estaba reorganizando los líquidos que ya había organizado—. Damián...

—Estoy ocupado, Francisco. —dijo indiferente, no sé porqué, pero me sentí raro al oírlo hablar de esa forma tan tajante. Debí haberlo herido mucho para que me hable de esa forma.

—Yo... Necesito hablar contigo.
—Ah... ¿Acaso no oyes que estoy ocupado? —dijo ahora molesto.

—... Ya sé, yo... Me quiero disculpar por lo que dije. —ahí fue cuando Damián se detuvo un minuto, me miró con una expresión que mezcla asombro e intrigado.

—... Está bien, deja que termine aquí y nos vemos en la salida, ya falta poco.

No pasó mucho hasta que salimos, en las pocas horas que quedaban de trabajo el ambiente estuvo más tranquilo, ambos convivimos de forma individual sin molestar al otro, y a pesar de que Damián no me hablaba, no me ignoraba o trataba como si fuese una molestía, estaba algo aliviado. Aunque se notaba que no estaba feliz. Decidimos caminar juntos a casa para charlar por el camino.

—Entonces... —dijo primero luego de unos minutos en silencio.

—Ah, sí, yo, eh... Lo siento, no debí decir eso. —dije sin rodeos—. Desde que nos conocimos he estado diciendo cosas hirientes y deduciendo tu sexualidad y-

—Tampoco es que te equivoques.
—¿Eh?
—Sí, yo soy "pájaro". Soy gay. —me quedé mudo, ya no sabía qué decir; ahora mismo quiero morir de vergüenza—. Y no soy un "bugarrón", como te gusta llamarme.

—Diablo loco, que vaina. Lo siento, de verdad... Te invito un combo en Wendys—. le dije en son de paz.
Él sonrió. —Está bien.
—Increíble como te vendes por un poco de comida.
—Por favor, no arruines el momento. —Sin darme cuenta, estaba sonriendo por lo que dijo este idiota.

«Bueno... Quizás no has cambiado tanto. »

Al final llegamos a Wendys, y cómo venganza Damián pidió todo lo que pudo para llevar aunque al final no pudo ni comerse la mitad.
—¿Te llevarás el resto?
—Uff, sí. Gracias a ti, no pasaré hambre por un mes.
—De nada, supongo.
—Esto significa que somos amigos, ¿Cierto? —Damián tenía una cara de ilusión, yo lo miré seriamente.
—... Si no terminas esa hamburguesa prometo hacer que te ahogues con ella, no me pongas a desperdiciar mi dinero.

Nota:
Guevo: pene.

Vaina: en el dialecto dominicano, "vaina" es una cosa, asunto o, inclusive, un individuo. Ejemplo: "Está vaina no sirve", "no me hables de esa vaina", "mira a vaina que pasó por ahí".
También es la funda para armas blancas e instrumentos cortantes y punzantes.

Popi: sería el equivalente de "fresa", una persona adinerada y con una personalidad insufrible. Se usa tanto para mujeres como hombres.