Capítulo 16.

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Temporada 1, Show Me How To Love.
Un familiar peculiar. Capítulo 16.

—Sí.
—Damián, ¿de qué carajos estás hablando?

Ambos quedamos en silencio, Damián me miraba confuso y yo lo miraba con mucha más confusión, el silencio estaba aplastando la habitación.

—¿Acaso él...? Pensé que era tu novio.
—¿Pensaste que era mi novio? —dijimos casi al unísono. —Ese es mi hermano, Brandon también es mi hermano. ¿Por qué pensarías algo así? Eso es asqueroso, además, ¿acaso no ves lo mucho que nos parecemos?
—Bueno, ahora mismo no se puede juzgar por eso, hay mucha gente que se parece a su pareja.

Otra vez hubo un silencio, Damián estaba muy avergonzado y yo no sabía cómo reaccionar al hecho de que pensaran que Javier y yo somos pareja. No me quedó de otra más que simplemente soltar una risa, a lo que él eventualmente pudo relajarse.
Pero reír tanto no me ayudó mucho a mí, ya que por la presión de mi estómago sentí un punzón fuerte en el costado, terminé agarrándome fuerte de Damián.

—¿Estás bien? —la pregunta me sorprendió incluso más que el dolor, no respondí y solo deje salir una expresión vacía haciendo notar el dolor. Damián ni siquiera lo pensó dos veces y levantó el abrigo que llevaba puesto, la venda que había sobra la herida no era suficiente para cubrir el hematoma que sobresalía de la misma, el color ya había pasado de un simple rojo a un morado intenso—. ¡Por Dios! ¿Qué sucedió?

—No es nada... Me metí en una pelea.

—Pero... Esto no parece haber sido solo de una pelea, Francisco. —insistió Damián, mientras seguía inspeccionando la herida; así mismo miró las vendas, las cuales se notaban algo manchadas. Las levantó con cuidado y sentí un ligero cosquilleo, la herida estaba expuesta y el viento que corría por la habitación se filtraba entre cada uno de los puntos caseros hechos previamente—. Francisco, esto... Tienes que ir al hospital. —dijo Damián desconcertado.

Me negué rotundamente a ir al hospital, Damián seguía preguntando el porqué estaba siendo tan terco sobre ello, pero yo no podía simplemente decirle que no podía gastar mi dinero en atención médica. Él seguía diciéndome que era algo que no se podía dejar pasar, y que si estaba en peligro simplemente debía decirlo o a mis hermanos.

—No sé qué esté sucediendo, quizás sea algún tema con alguna banda o una simple riña. —habló con impotencia—. Pero... ¡No puedes simplemente quedarte así! Vamos a denunciarlos y luego al hospital. Francisco, por favor, ese vendaje no te servirá de nada, la herida debe ser tratada.

—Ya te dije que no, Damián. Solo debo... Descansar un poco.

Caminé a la habitación como pude. Mi caminar no era muy efectivo debido al dolor que sentía en mi costado, aun así, me las arreglé para llegar hasta la cama, una vez allí me senté y Damián entró a la habitación. Damián me dijo que no me acueste y le deje cuidar la herida, buscando un botiquín y ayudándome a ir al baño, en donde me lavó la herida y volvió a coser los puntos ahora con más cuidado y precisión. Ahora, ayudándome, me llevó hasta la cama y me dio un medicamento para el dolor; luego me quiso dar la comida, pero yo me opuse y me la comí yo mismo.

—... Gracias.
—No tienes que agradecerme. —Damián se me quedó viendo en silencio—. Tus hermanos, ¿ellos saben?
—Ah, te dije que olvides eso.
—Responde.
—Sí... Ellos me ayudaron a ponerme el vendaje.
—¿Fue por esto por lo que no fuiste ayer?
—...
—¿Por qué no denunciaron la agresión?
—A veces no es tan fácil como crees, Damián. —bostiqué con molestia.

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