Capítulo 23.

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Temporada 1, Show Me How To Love.
Llámame. Capítulo 23.

—Francisco, su madre... Ella no está bien, su salud ha empeorado bastante y se encuentra bastante delicada. El señor nos pidió que le informáramos, ya que ella quiere verlo.

—¿Qué? —me dejé caer en el sofá, casi derrotado. Después de eso no escuché una sola palabra de lo que me decían Juan y Gabriel, todo lo que podía escuchar eran voces pero no entendía lo que decían, estaba tan sumergido en mis propios pensamientos que simplemente no podía escuchar lo que me decían.

Al final terminé yendo con ellos a ver mi madre, la verdad es que el viaje era bastante largo, ya que debía ir a la mansión de mi padre. Mansión de la que yo y mi madre habríamos intentado escapar hace tanto tiempo y en tantas ocasiones, pero pareciera que siempre volvía al mismo sitio.
Al llegar a la entrada miré la fuente que tenía mi padre, la decoración del lugar era algo extravagante, debido a que mi papá era muy fan de la arquitectura gótica de las catedrales antiguas. Habían muchas estatuas posadas en todo el jardín principal, me recordaba a esa escena en la película de Hércules, donde Meghara canta sobre sus sentimientos hacia Hércules y cómo los negaba, en lo que parece ser una plaza llena de estatuas. Hubiese sido una muy linda decoración, aunque mi padre no tenía un cupido con su arco y flecha, sino un ángel caído tras ser atravesado por una flecha en el ala.

—Veo que no han hecho ninguna remodelación desde la última vez que estuve aquí.
—El señor no vio mucho que cambiar en ocho años, además, quería que lo encontraras tal como lo dejaste cuando regreses.
—... No seas tan pretencioso, no regresé a ningún lado.
—Mis disculpas, joven Francisco.

Una vez nos estacionamos, entramos a la mansión, adentro nos esperaban dos filas de empleados inclinados frente a mí, al final de las filas estaba mi padre. Se acercó a mi con una expresión de victoria solo por verme frente a su puerta, después de darme la bienvenida me invitó a entrar.

—Es un gusto tenerte de nuevo en casa hijo. Han sido tantos años desde que te vi por aquí por última vez, esto me trae tantos recuerdos. —mi padre me acorraló en un abrazo, para luego dejar su brazo alrededor de mi hombro—. ¿Hmm? Pero no me mires así, todos son buenos recuerdos, lo prometo.

—Me importa una mierda cómo sean tus recuerdos. ¿Dónde está mamá?
—Ya veo. Ella está en su cuarto, lamento llamarte estando en ese estado, es solo que, ella en serio pedía verte.

Giré hacia mi izquierda, topándome con una gran puerta roja, con acabados dorados, estos bajaban como flores talladas en un material resistente pintado del dorado, el manubrio de la puerta también era dorado. Tomé el pomo de la puerta, sintiendo una fuerte sensación de escalofrío al hacerlo, la giré y esta se abrió lentamente, haciendo un sonido bastante inquietante. Dentro de la habitación, cual bella durmiente, se encontraba mi madre, descansando plácidamente. Entré con cuidado de no despertarla y me senté casi al borde de la cama. Tomé la mano de mi madre, la cual estaba algo fría y se le veían las venas a través de su piel blanca. Su pelo, el cual se encontraba peinado con cuidado, dejaba escapar algunas canas que constrataban su melena negra.

—Francisco... ¿Puedes venir un momento? Tengo algo que discutir contigo. —mi padre me llamó con una voz baja, yo asentí y salí de la habitación un momento. Caminamos hasta otra habitación, ahí mi padre se sentó en el sofá mientras hablaba conmigo

—Dime.

—Francisco, mira. —mi padre estaba sentado en un sillón de tercio pelo con su ropa elegante y expresión de negociante, como siempre, mientras zarandeaba el whiskey en su mano—. Te has retrasado con tus pagos, ¿Crees acaso que defeco dinero?

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⏰ Última actualización: Apr 25 ⏰

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