Show Me How To Love

Capítulo 18.

Temporada 1, Show Me How To Love.
Niño lindo. Capítulo 18.

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Desde que era joven supe que me gustaba el modelaje y la moda. Creo que fue una de las cosas que me apartó de los demás niños por no ser lo "suficientemente masculino" para ellos, ya que a mi si me gustaba mantener una buena imagen y dedicaba bastante tiempo a cualquier aspecto de mi apariencia.

Cuando estaba en la preparatoria, conocí a un chico, mi primer amor, Daniel. Nos hicimos amigos rápidamente debido a nuestro gusto por la moda, entre otras cosas. El momento en que más nos acercamos fue cuando supe que él también estaba interesado en los chicos, lo cual me alegró bastante ya que no me sentía tan solo; nuestro colegio era católico, por lo que cualquier práctica que se pudiese considerar 'desviada' era sancionada con severidad.

Una tarde calurosa, el sol golpeaba con fuerza en la tierra, el cielo estaba despejado y se podía apreciar un azul muy deslumbrante. Daniel y yo nos habíamos encontrado en el mismo lugar de siempre para estar juntos, compartíamos el almuerzo y hablábamos de cualquier cosa que nos pasara por la mente. Él estaba acostado en mi regazo, con su cabeza reposando en mi estómago mientras entrelazábamos nuestros dedos y él fingía que colocaba una argolla en mi dedo anular.

Yo reí. —¿Qué estás intentando hacer? —Daniel se queda mirando mis manos y dedos, mostrando una expresión tierna y cálida.

—Realmente... Me gustas, Damián. —dijo con una sonrisa que correspondí.
—Tú también me gustas, Daniel. —me incliné sobre mi mismo para alcanzar su cara y besarlo, pero escuchamos un ruido y nos reincorporamos asustados.

Daniel se notaba asustado, yo también lo estaba. De ahí, salió un animal pequeño de entre los arbustos, en el colegio rondaban unas gallinas que siempre se colaban en el plantel. Ambos nos reímos por lo que había pasado y seguimos con nuestro día.

Cuando regresamos a clase, ni siquiera nos sentamos, ya que nos estaban esperando. La directora, el profesor de religión y el sacerdote, estaban todos reunidos como una especie de secta. La directora estaba viendo algo en su teléfono y su cara dejaba ver disgusto, asombro y desaprobación.

Nos dijeron que nos sentemos y que tenían que hablar con nosotros. Así, la directora empezó hablando tras toser para aclarar su garganta.

—... Bueno, jóvenes. Es difícil decir esto, ya que, sinceramente, es una sorpresa para mí ver esto por parte de ustedes. —inició hablando—. Pero... Me ha llegado una evidencia de ustedes realizando ciertas... "acciones", que son realmente repugnantes y pecamínosas, las cuales ustedes ya saben que están mal. —siguió haciendo enfasis en "acciones". —El padre Zacarías y el profesor de religión serán los encargados de seguir con ustedes, yo iré a informarle a sus padres sobre las posibles consecuencias de esta situación.

Tan pronto como la directora se había ido de la habitación, el padre Zacarías rezó por nosotros, pidiéndole a Dios que perdone nuestros pecados y se apiade de nuestra alma, el rezo tardó más de lo acostumbrado y podía sentir como el padre se empeñaba en 'pufiricar' nuestras mentes y cuerpo, pasando sus manos por nuestros hombros y cuellos. Tras finalizar, se me indicó que debía ayudar con algunas tareas en la iglesia, debido a que yo era quién había incitado a Daniel en este comportamiento desagradable, y yo era el verdadero pecador.