Capítulo 17.

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Temporada 1, Show Me How To Love.
Curiosidad. Capítulo 17.

POV. Damián.

Tras salir de casa de Francisco, me encaminé a mi hogar. Las últimas semanas me las he pasado en su casa debido a su estado delicado, aunque este se negaba a decirme algo al respecto yo sabía que algo no andaba bien y pude confirmarlo por sus heridas.

Incluso cuando estaba limpiándolo, mientras él dormía, me di cuenta de que no solo era la herida del costado, sino que tenía otros moretones en otras zonas cerca de su espalda baja y abdomen; lo inspeccioné un poco más, tratando de ver si estaba golpeado por otro sitio y decidí levantar su camiseta para poder ver mejor, ahí fue que lo vi, su espalda estaba llena de marcas y cicatrices como si fuese algún perro de pelea. Me empecé a preguntar si acaso eran solo marcas de peleas callejeras, puesto que su temperamento indicaba que no solo habría estado envuelto en una o dos peleas, pero luego de ver bien las cicatrices, era imposible que fuesen provocadas por simples peleas callejeras, a menos que se dedique a eso.

—Debería tratar de no pensar tanto en ello. —dije para mí mismo mientras caminaba para salir de la calle, justo en ese instante, un vehículo negro aparcó frente a mí, me moví para poder pasar, pero este aceleró y frenó nuevamente dejando la ventana del piloto justo frente a mí, la ventanilla empezó a bajar y yo me quedé mirando, esperando que alguien dijese algo.

—¿Eres Damián? —dijo un sujeto dentro del vehículo, a pesar de que su rostro se me hacía conocido no podía decir si sí lo conocía o no, lo miré unos segundos, jurando que era el hermano de Francisco, pero aun así no parecía él.

—¡Hey! ¿Por qué tardas tanto en responder? No te mataremos. —habló la voz que había escuchado en la casa de Francisco una vez más, Javier se movió desde la parte trasera del vehículo exponiendo su cara, por lo que pude confirmar que el otro debía ser su hermano.

—Ah, sí, soy Damián.
—Bien... Sube, ¿Tienes que ir a algún lugar?
—A mi... Casa.
—Te llevaremos, sube.

Lo dudé un poco, pero finalmente terminé aceptando subirme con ellos, el viaje en sí fue algo incómodo al principio ya que había silencio y nadie decía nada, como los viajes junto con los padres de tu amigo después de alguna fiesta. Yo miraba hacía la ventana con constancia, tratando de sobrepasar la incomodidad posada sobre mí.

—Damián, ¿Hace cuanto conoces a Francisco? —dijo el hermano que manejaba para romper el hielo por fin, sin siquiera apartar la vista de camino y con ambas manos en el volante.

—Hace... Unos meses ya. —mascullé sin muchas ganas, sabiendo que no era del todo cierto.

—¿Es eso así? —preguntó en respuesta el que manejaba, mirándome por el retrovisor del vehículo. Yo estaba algo incómodo y decidí fingir que no había notado eso. Volteé la cara hacia una de las ventanas y asentí con la cabeza. —Y... ¿Lo has estado cuidando todo este tiempo? Debe ser muy cansado.

—No realmente. Francisco es mi amigo después de todo, no es una molestia.

Por alguna razón, escuché las risas de ambos, las cuales eran ocultadas vagamente por los dueños.

—Que lindo, muy lindo. —dijo Javier mientras se volteaba hacia mí con una sonrisa. —Y, ¿cómo está yendo tu descanso del modelaje?

—¿Cómo es que-?
—No respondes una pregunta con otra. Dinos, ¿te diviertes?

No me sorprende que me hayan investigado, realmente lo esperaba, si mis sospechas son ciertas o contienen algo de certeza en ellas, eso significa que deben saber que no soy algún tipo de estorbo para ellos y debo ganarme su confianza.

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