"THE GAME" 《Jacaerys Velaryon》

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🐉131 d.c🐉

Los Baratheon irían a Marcaderiva por el ostentoso onomástico de la princesa Rhaenys.

Aenerys amaba viajar y conocer cosas nuevas. Ya había ido a Marcaderiva, pero amaba ir en barco mientras veía a su Hidrakxes volar a su alrededor. Corrió al camarote al escuchar el llanto de los recién nacidos.

Maegor y Baelon habían nacido una semana antes siendo niños fuertes y sanos como su hermana mayor.

-¿Les sucede algo?

-Están bien, Erys-Helaena le tendió su mano sentándose con ambos niños-Solo tienen hambre.

Asintió y  se sento junto a ella y su padre para que le leyera el libro que habían empezado juntos. Aemond solía contarle sobre sus antepasados y la caída de Valirya.

-¿Cuantos dragones habían aproximadamente?

-No puedo darte una cantidad exacta. Habían muchísimos más de los que podremos imaginar en toda nuestra existencia como linaje Targaryen.

Aenerys asintió fascinada imaginando la cantidad de dragones tan hermosos como Hidrakxes y con nombres tan bonitos como Dreamfire. Amaba la historia tanto como su padre.

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-Tía Rhaenys-saludo a la mujer con una sonrisa-Felicidades por su pronto onomástico.

-Mi querida Erys-la mujer de cabellos negros la abrazo con dulzura-Haz crecido mucho desde la última vez que te vi.

-Yo no lo creo así-se fijo en la mujeres que estaban detrás de ella-¿Quienes son ellas?

-Lady Floris y Cassandra Baratheon-presentó una de las mujeres y asintió-Princesa Aenerys. Es un gusto conocerla.

-Igualmente-sonrío-Tengo entendido que eran cinco.

-Nuestras hermanas llegarán después-explicó.

-Por supuesto-les paso por un lado para saludar a los demás presentes.

Entro al salón de aquel lugar mientras iba empujándose con Viserys el hijo menor de su tía Rhaenyra que era tan solo un año menor que ella.

Las familias se mezclaron en aquel lugar conversando entre ellos. Aenerys pasaba tiempo con su abuela y su tía mientras los hombres bebían y hablaban de temas políticos entre ellos.

—Cassandra Baratheon es una hermosa joven—murmuró la heredera al trono—Sería una gran esposa.

Aquello capto la atención de Aenerys y miro a su tía Daena que llevaba un estado avanzado.

—Sería un gran compromiso—murmuró la reina.

—Ven conmigo, Erys—pidió la mujer de cabellos plateados—Esto es un tema de adultos.

—Tu eres una adulta—señaló y la mujer con diecisiete días del nombre la llevó hasta la playa.

—Bueno, no son temas agradables para mi—negó posando una de sus manos en su vientre abultado.