"THE GAME" 《Jacaerys Velaryon》

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🐉136 d.c🐉

La princesa había organizado una cena para despedir a Lord Stark. Aún la desconcertaba lo que le había propuesto, pero le daba curiosidad saber que pasaría entre los tres si aceptaba su propuesta. Sacudió la cabeza evitando pensar en aquello. Todo estaba saliendo perfecto, ya no quería matar a Jacaerys cada vez que lo veía y la señora Astoria estaba aceptando sus ideas sin reproches.

—¿Qué haces?—murmuró entrando a la estancia—Se que te gusta estar aquí, pero el maestre dijo que no te excedas.

—Estaba organizando algunas cuentas y me atreví a ver un cuervo que enviaron para ti—sonrío—Quieren que asistas al día del nombre de Lady Ceryse Hightower, hija de Lord Ormund Hightower.

—¿Por qué yo?—negó—No se supone que mi madre debería asistir a este tipo de celebraciones.

—Él tío Daemon dijo que ha estado muy cansada en las últimas dos lunas. Ya le prohibieron montar.

—¿Vendrás conmigo a Antigua? No iré si tu no vas—apretó sus labios y Aenerys asintió.

—De igual forma aún falta mucho  lunas  para su día del nombre—señaló al recordar lo que había leído—Tienes más cuervos.

—¿Puedo quedarme aquí?—sonrio y Aenerys asintió.

Se sento junto a ella y tomó los cuervos que habían llegado para él.

—Oh, se cayó este libro—se inclino para tomarlo y se lo mostró a su esposa—Parece un libro muy extraño y Antigua.

Aenerys levantó la vista y su corazón se aceleró al ver el libro que su esposo tenía en sus manos. Se lo arranco con brusquedad y lo aprisiono contra su pecho.

—¿Qué sucede?—frunció el ceño.

—No es un libro, es personal—aclaro.

—¿Cómo un diario?—ladeo la cabeza con diversión—Déjame leerlo.

—No—su voz fue dura.

—Creí que no había secretos ni mentiras entre nosotros, mi señora—intento quitarselo y la princesa se aparto con brusquedad.

—Hay asuntos que son personales. No tenemos por que compartir todo—negó y salió de la estancia rumbo a su habitación.

Debía esconder ese libro y dejar de leerlo antes de que alguien descubriera su secreto.

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—Espero que puedas visitarnos pronto o nosotros a ti en el norte. Jamás he ido, pero dicen que el lugar te congela hasta los huesos.

—Serán mis invitados de honor—le guiño un ojo—Y espero que tengan más tiempo de considerar mi propuesta.

—Cregan—Jacaerys advirtió.

—¿Ravenna estará ahí?—sonrío y el lobo miro al príncipe—Él no me lo dijo, lo supe en cuanto Jace me dijo de tu visita y la manera en la que mi dama parece estar fascinada contigo.

—¿Qué puedo hacer? Soy encantador—negó con una sonrisa—Tu esposo también lo es.

—Tu lo haz dicho. Podra gustarte mucho, pero es mi esposo—sonrío y Cregan negó sonriendo.