"THE GAME" 《Jacaerys Velaryon》

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🐉136 d.c🐉

(Hay un capitulo antes de este)

Aenerys sonrío cuando el príncipe la beso palmeando su trasero. Extrañaba tanto besarlo. Se removió incomoda cuando el príncipe bajo la manga de su vestido y con su otra mano acariciaba sus muslos por debajo de su falda.

-¿Puedo tocarte?-susurro jadeante.

Aenerys asintió y el príncipe sonrío-Iba a morir si me decías que no.

-Hazlo.

Grito de placer cuando el joven príncipe coloco su dedo en su clitorís y froto levemente.

-Por todos los Dioses...Jace...

-¿Ahí?-susurro jadeante-¿Te gusta?

-Sí...-se aferro a sus hombros al sentir que caería al suelo, pero sabía que él la tenía sujeta.

-Olvídate de hacer otra cosa estos días-susurro mordiendo su cuello-Pondré un bebé en ti, cariño.

Aenerys asintió sin saber que decir. Su piel ardía de lo bien que se sentía. Jadeo cuando el príncipe camino con ella hasta su cama. La princesa estaba tan desesperada que ella misma se quito su vestido y su ropa interior. Abrió sus piernas por instinto y lo miro con una sonrisa.

-Tómame-murmuró mirándolo y el príncipe sonrío inclinándose para besarla.

Se quito su chaqueta lentamente bajo la mirada de su esposa que se desespero y se acerco a él para bajar la pretina de su pantalón sin cuidado alguno.

-Tranquila, tranquila-murmuro con una sonrisa besando su frente-De igual forma lo haremos.

Aenerys asintió sonriendo y se recostó en las almohadas dejando que su esposa la tocara con delicadeza y admiración.

—Eres tan hermosa—murmuró besando su estómago—Tan hermosa y tan mía.

Aenerys jadeo sonriendo cuando lo vio introducirse lentamente en ella. Enrollo sus piernas en sus caderas buscando su propia fricción. Jacaerys sonreía mientras se movía al compás de sus caderas. Le gustaba como lo miraba y se mordia sus labios mientras gemia bajo. Se inclino para besarla y acariciarla sin dejar de moverse. Sus gemidos eran callados en su boca.

—Déjame mostrarte algo—susurro en su oído y la princesa sonrío—Te gustará.

Jacaerys se incorporo y tomo sus piernas subiendolas a sus hombros. El grito de placer de su esposa lo hizo sentirse tan dura que pensó que se iría de solo verla desde aquella posición. Sostenía sus piernas con una mano mientras que la otra no se apartaba de los pechos de la princesa. Las sábanas se arrugaron bajo sus delicadas manos. Disminuyo sus embestidas cuando sintió como sus paredes lo apretaban delicisiosamente y en serio la había extrañado que quería estar así todo el tiempo que le fuese posible.

—Más fuerte—pidió entre jadeos y el príncipe sonrío acariciando sus tetas.

Coloco una mano en su cintura apretando con delicadeza. Sus embestidas se volvieron secas y certeras aumentando los gritos de placer de la princesa y los suyos mismos. La estancia era inundada por el choque que hacía su cuerpo contra el de ella y sus gemidos y jadeos. Soltó sus piernas con delicadeza y se inclino para besar sus labios, cuello, claviculas. Sonrío cuando sintió aquel ardor en su espalda y mordió su cuello levemente.