"THE GAME" 《Jacaerys Velaryon》

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-Mi niña-murmuró Rhaenys pasando la bata que su doncella le ofrecía por los hombros de su sobrina -¿Cómo llegaste aquí? Estás empadada.

-Con Hidrakxes, pero la tormenta me sorprendió-sonrío correspondiendo el abrazo de su tía-Lord Corlys dijo que podía visitarlos cuando yo quisiera y me detuve por la tormenta.

-Así es, siempre eres bienvenida-el hombre bajo las escaleras y Aenerys sonrío bajando la cabeza en señal de respeto-Aunque me hubiese gustado que mi nieto nos acompañará.

-Mi esposo ha estado atendiendo sus obligaciones, salí a volar y no fui consciente de que me aleje y la tormenta me tomó por sorpresa.

-Por supuesto-Lord Corlys asintió-Vamos, te acompañaremos a tu habitación.

-Muchas gracias-asintió y se dejó guiar por su tía hasta la habitación.

Sonrío al percatarse de que era la misma habitación que le habían dado años atrás cuando Meleys la ataco.

-Pediré que venga una doncella y te prepare un baño-murmuró la princesa y Aenerys asintió correspondiendo el pequeño abrazo de su tía.

Se dedico a ver por la ventana mientras esperaba a la doncella que mandarían. El sonido de las olas contra las rocas le dio una sensación de paz y tranquilidad en su interior.

-Mi princesa-dirigió su vista hacia la dama que entró a la habitación.

-Prepara un baño con agua caliente y encuentra algo de ropa, por favor.

-Con gusto, su alteza-la doncella asintió y se retiro.

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El príncipe tuvo que volver debido a la tormenta que lo sorprendió cuando intentaba seguir a su esposa. No podía esperar a que la tormenta cesara para buscarla por lo que decidió ir junto a sus damas.

-Mi príncipe-murmuró Lady Ravenna-No quisiera irrespetuosa, pero la princesa dijo que no...

-La princesa está desaparecida-anunció-¿Saben a dónde pudo haber ido?

-Sí es cierto que pasa mucho tiempo con nosotras, pero no ha mencionado lugares o destinos que le gusten-Lady Whent contestó.

-Gracias-salio de aquel salón sin respuesta alguno.

Observo por los grandes ventanales del pasillo al escuchar a un dragón, pero solo era Bruma volando bajo la tormenta. Pensó en enviar a los guardias, pero la tormenta era tan fuerte que no podía exponerlos de esa manera. Entro a la habitación de su esposa y soltó su espada con rabia. Sonrío al ver la bata que estaba a los pies de la cama y la tomó inhalando su aroma. Miró a su alrededor y se dedicó a buscar algo que le dijera donde se encontraba la terca que tenia por esposa. Si su abuelo se enteraba de lo que estaba pasando era capaz de mandarlo al más allá con Balerion.

-Maldita consentida-mascullo por lo bajo cuando se acerco a la chimenea observando el fuego que mantenía el calor de la habitación.

¿Iría a Desembarco?No, ella siempre hablaba de lo horrible que era la cuidad. ¿Dorne? Por lo que sabía amaba aquella tierra más que a sí misma si es que aquello era posible y ahí se encontraba Doran Martell. Pensar en ese hombre recibiendo a su esposa hizo que la rabia creciera en su interior. Él no la merecía, solo podía pensar en el rostro de Aenerys mirando a todos lados asustada aquella noche, como se había apoyado en él para llorar por la desilusión.

-No, no-negó al recordar la misma mirada en ella antes de subir a su silla.

Tomo su espada y salió de la habitación para ir a la que habían compartido aquella mañana.

-Su alteza-se volteo a mirar a su espada juramentada.

-Le he fallado, Sir-confesó-Ella cree que no me agrada y desde que la vi después de tanto tiempo siento que si me pidieran morir por ella, lo haría. He sido un idiota con ella desde aquella noche. Debía entenderla, nunca ha estado lejos de sus padres y la ignore porque no se lidiar con mi propia vida.

-No debería ser tan duro consigo mismo-el hombre se acerco a él-La princesa es una buena mujer y estoy seguro de que lo entenderá.

-¿Y cuánto más deberá entenderme?-negó-Ella mismo lo dijo, yo no la supe entender.

-No se desanime. Están recién casados y mi madre siempre me decía que eso era solo el comienzo. Poco a poco se irán entendiendo y con el tiempo se que serán unos buenos reyes.

-Gracias Sir Erryk-murmuró apretando sus labios-De verdad se lo agradezco.

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-Podrás engañar a mi esposo, pero a mi no-murmuró entrando a su habitación-¿Qué pasó realmente?

-Buen día tía Rhaenys-murmuró ignorando su pregunta.

-Aenerys-se sento en la pequeña sala de estar y la princesa se sento frente a ella.

-Discutí con Jace-confesó-Fui a buscarlo y lo encontré con una de mis damas. No comprendo el porque le enseñaba Valiryo, que yo sepa los Whent no tienen nuestra sangre y me molesto mucho el hecho de que esa mujer esté compartiendo más momentos a solas con mi marido que yo-mascullo entre dientes-Él muy narcisista dijo que estaba celosa, pero jamás se lo diré.

-¿Te molesto que él reconociera tus celos?-indagó evitando reír por el pequeño berrinche de su sobrina.

-Sí-admitió mordiéndose el interior de la mejilla-He querido estar con él, entenderlo y cuidarlo. Madre siempre me decía aquellas cosas, la abuela también, pero no puedo hacerlo si él no me deja.

-Te entiendo, cariño-tomo sus manos en señal de apoyo-Jace siempre ha sido un joven complicado y autoritario consigo mismo. No se permite fallar en sus deberes y eso es algo que le ha costado mucho de su propia vida.

-Sí, se que el abuelo ha sido un poco duro con él-apretó sus labios.

-Eso no le da derecho a ser un mal esposo-aseveró-Deberías darle una lección y que sepa que no eres cualquier mujer.

-¿Una lección?

-Por supuesto-sonrío.

-No lo sé...

-Cariño, vales muchísimo-apretó el agarre en sus manos-No debes sentirte menos solo por que él no sabe lidiar con la presión de mi primo.

-Dicho así es un poco cruel-arqueo las cejas-¿Qué debo hacer?

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-¿Hay una respuesta?-murmuro al hombre en la entrada-Hace dos días envié un cuervo a Desembarco y aún no hay respuesta de mi madre, increíble.

-Su alteza si la princesa estuviera en Desembarco ya lo sabríamos. Es una mujer valiente y sabe defenderse.

Dejo de prestar atención al hombre cuando las doncellas de su esposa le pasaron por un lado.

Ellas debían saber algo.

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