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🐉136 d.c🐉

La princesa se había quedado dormida en los brazos de su esposo quien miraba un punto fijo en aquella cueva. Estaba tan agradecido de encontrarla a salvo. Aunque, no había tenido oportunidad de preguntar el por que había llegado vomitando sangre. La princesa se removió entre sus brazos y se apoyo en su pecho. Sonrío al ver su rostro aún sonrojado y su cabello húmedo pegado en su frente, lo aparto ligeramente y beso su frente con delicadeza. Sabía perfectamente que no estaba enamorado, pero le gustaba su compañía y su cercanía. Estaba dispuesto a acceder a sus peticiones y pasar tiempo con ella, tener hijos con ella, reinar con ella.

—Mhmm,¿No has dormido nada?—se percato de que había despertado—Deberías descansar, lo necesitarás.

El príncipe sonrío y beso el dorso de su mano asintiendo para recostarse sobre la ropa que había dejado en el suelo.

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—¿Qué miras?¿Me veo mal?—frunció el ceño cuando se dio cuenta de que su esposo no dejaba de mirarla.

—No puedo verte igual después de saber que no llevas nada debajo de ese traje—sonrío relamiendo sus labios y Aenerys sonrío.

—Andando, necesito dormir en una cama—se quejo—Y que él maestre revise tus rodillas.

—No...

—No me creas tonta como para no darme cuenta de que te lastimaste—sonrío besando su mejilla y se alejo para ir hasta Hidrakxes.

La dragona ascendió a los cielos y el príncipe negó con una sonrisa para seguirla. Volar siempre había sido su actividad favorita y ahora tenía una compañera que parecía ser muy divertida. Respiro profundo disfrutando del aire fresco y acaricio el lomo de Vermax que rugia levemente.

—¿¡UNA CARRERA!?—sonrío burlón cuando su esposa lo reto y asintió tomando las riendas de su silla con fuerza para seguirla.

Hidrakxes rugía hacia Vermax que se removia inquieto ante la emoción de su jinete. No recordaba la emoción que aquello le provocaba desde la última vez que lo había hecho con sus hermanos y en serio lo disfrutaba.

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—¿No superas que te haya ganado?—susurro trazando la forma de sus abdominales con su dedo.

—Solo porque deje que lo hicieras—sonrío burlón y Aenerys hizo una mueca chistosa.

—Por supuesto—entorno los ojos y se levantó de la cama.

—¿A dónde vas?—palmeo el lugar el lugar a su lado—Ven aquí.

—No te ofendas, pero llevamos casi dos días aquí encerrados y tengo otras cosas que hacer—se encogió de hombros.

—Yo quería seguir descansando—señaló el lugar a su lado y Aenerys negó.

—Jace, se acerca el otoño y sabes que tengo responsabilidades con la gente del pueblo—se inclino para besar sus labios—Nos vemos esta noche.

—Diles a todos que estoy vivo—sonrío como un niño y Aenerys río negando.

—Lo haré, cariño.

"THE GAME" 《Jacaerys Velaryon》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora