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-¿Ravenna Blackwood?-interrogó con una sonrisa.

-No sé de que hablas-le resto importancia.

-Los escuche el otro día-confesó.

-¿Quieres unirte?-sonrío.

-No-negó-Que mi esposa no se entere que te acuestas con su dama. Parece que se volverá más loca de lo que está si alguien se acerca a ellas.

-¿Te acuestas con Lady Whent sí o no?

-Me amenazaron con convertirme en carne frita. ¿De verdad crees que lo haría?-suspiro.

-Antiguos Dioses, creo que por fin encontré a la persona correcta para molestarte-sonrío.

-Te dije que te mantuvieras alejado de ella-se cruzo de brazos.

-Vamos, Jace-hizo un puchero cómico-Déjame...

-No-advirtió-No me deja tocarla hace más de dos semanas. ¿Por qué crees que te dejaría hacerlo?

-Tengo mi encanto-sonrío-Además, te mueres por mí y es por eso que quiero que ella esté, de lo contrario también me hará carne frita-río ante sus propias palabras y él príncipe suspiro.

Había olvidado lo chistoso e insoportable que era su viejo amigo.

-Ya, hablando en serio-poso una mano en su hombro a modo de apoyo-Habla con ella, insiste todo lo que puedas. Debe haber algo que ambos puedan disfrutar.

El joven príncipe asintió.

-Gracias por tus consejos.

-Sabes que no tienes que agradecer.

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-Como ya sabrán yo ordené que vinieran desde la cuidadela-explicó-Para finales de este año espero abrir una pequeña estancia en el pueblo donde ustedes sean los encargados de cuidar las dolencias de las personas. No se preocupen por sus necesidades, yo misma las cubriré-sonrío-Por ahora estarán aquí atendiendo a las personas que lo necesiten-explicó-Gracias, pueden retirarse.

Los cinco hombres salieron del lugar mostrando sus respetos.

-¿No le parece una falta de respeto gastar sus dotes en algo como eso?-giro en dirección-Lord Corlys muy amablemente ha tenido la decencia de darle su oro y usted...

-Quiero creer que no me está cuestionando, señora Astoria-negó-El hombre es uno de las más ricos de los siete reinos y me dijo que podía hacer lo que yo quisiera con mis dotes-negó-¿Prefiere que lo gaste en joyas y vestidos? Que falta de respeto para las personas que trabajan por nosotros. Retirese.

La mujer salió de la estancia y la princesa se recostó en la mesa negando. ¿Era malo ser buena con las personas del pueblo? ¿Por qué todos estaban cuestionando sus decisiones?

-Hola-levantó la vista cuando vio a su esposo asomarse en el umbral de la puerta.

-Hola-murmuró sin ánimos.

-¿Puedo pasar?-sonrío.

-Sí-asintió y el príncipe entró a la estancia acercándose a ella con sigilo.

"THE GAME" 《Jacaerys Velaryon》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora