"THE GAME" 《Jacaerys Velaryon》

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🐉136 d.c🐉

Se miró al espejo nuevamente tratando de borrar aquel sueño de su mente. Las sensaciones que le hacía sentir eran exageradas. Nunca antes se había sentido así y aquello le asustaba.

Jacaerys Targaryen, próximo heredero al trono, guerrero con varias batallas libradas, conocido por ser un gran consejero del rey. Le tenía miedo a una cría con sonrisa atrapadora.

—Buenos días—Daemon lo sorprendió—¿Estás listo?

—Tuve un sueño—fue todo lo que dijo y su padre negó rodando los ojos.

—No me salgas con tus delirios de Viserys, por favor—negó.

—No, no ese tipo de sueño—aclaro—Un sueño extraño con una mujer.

—¿La mujer que tomaste ayer para esconderte con ella en el laberinto?

—¿Cómo sabes eso?

—Puedes engañarlos a todos, menos a mí. Soy tu padre, muchacho.

—Sí, con ella—admitió—Fue un sueño  intenso y no se que hacer, padre. Me inquieta su presencia.

—¿Será tu elegida?—sonrío de manera pícara.

—No, no pienso en ella de esa manera. Aunque debo admitir que es justo como la mujer que me aconsejaste de tomar como esposa.

—¿Y entonces?—movió su mano en un gesto de confusión.

—Es Erys—murmuró bajo esperando su reacción.

Daemon se echo a reír como si le contarán el mejor chiste de todos.

—Heredaste mi buen gusto—acepto—En fin, que Aemond no se entere de esto.

—Padre, es una cría—señaló como si el hombre frente a él no se diera cuenta de su problema existencial.

—Aenerys es la sangre del dragón, Jacaerys. No hay nadie mejor que ella para acompañarte.

El joven suspiro pasando las manos por aquellos rizos rebeldes buscando acomodarlos.

—Él abuelo dijo que mi esposa debía ser fértil, bonita e inteligente. Una mujer perfecta.

—No hay mujer más hermosa que una Valirya—se indigno—Sabes, no voy a presionarte. Recuerda que tu madre y yo estamos aquí para guiarte y tu felicidad nos importa.

—Ella me presumió que la dejarían elegir—negó.

—Eso le prometió el rey—no le tomó importancia—Sí realmente te gusta, eres libre de hacer lo que te plazca. El matrimonio es un simple acuerdo político. Cada quien puede divertirse y tomar lo que quiera con quien sea.

—Padre...

—Recuerda que estoy aquí desde que estabas en el vientre de tu madre. Y estaré aquí siempre, Jace—apoyo sus manos en sus hombros—Te conozco y se que no te importa lo que los demás digan.

—Esto es diferente.

—Conviértelo en más de lo mismo—sonrío—No te atrevas a elegir a otra zorra de Bronce.