𝗘𝗺𝗽𝗶𝗿𝗲 | 𝗝𝗲𝗻𝗟𝗶𝘀𝗮

Capítulo Dos

I'm headed straight for the castle
They wanna make me their queen
And there's an old man sitting on the throne
That's saying that I probably shouldn't be so mean

Castle - Halsey

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Despertó sumergida en un mar de dudas, cuando ella misma sabía que probablemente las respuestas a esas mismas dudas podrían romperle el corazón más de lo que ya estaba.

Hace media hora probablemente que tenía conciencia nuevamente y sin embargo, lo había querido abrir los ojos y aceptar lo que había pasado. Porque Jennie deseaba quedarse dormida y despertar sobre la comodidad de su cama, sobre la comodidad de su hogar.

Pero sabía que no estaba en él, había desconocido el olor a algún aromatizante natural de algunas flores en aquel lugar y por el tacto de sus manos y su propio cuerpo supo que probablemente estaba en alguna habitación porque estaba recostada en una cama de sábanas sedosas y frescas. Pero a simplicidad lo sentía, sabía que no era su hogar.

Y por cada qué su mente parecía recordárselo, una sensación en el pecho le golpeaba con arrebato y sentía las ganas de gritarle a todo el mundo que se jodiera, que hicieran lo que hicieran, ella no iba a casarse con nadie que no fuera Jisoo.

No sabía con exactitud qué hora era y tal vez cuánto tiempo había pasado, pero su estómago sí parecía saberlo por cada vez que rechinaba contra su cuerpo, exigiendo el pan que ni siquiera había comido desde la última vez en su hogar. Pero sabía que aunque le pusieran un plato con un festín de comida enfrente no sería capaz de tragar un solo bocado, porque no lo consideraba propio.

Su mente estaba llena de todo tipo de dudas pero, en especial, su mente preguntaba a cada segundo del reloj por su esposa - si es que para ella aún lo era - el constante pensamiento de su bienestar rondaba por su cabeza, preguntándose cómo estaba, si estaba viva y si la estaba extrañando tanto como ella. Probablemente la respuesta era un sí porque Jennie sabía que Jisoo la amaba con una intensidad igual o incluso más grande que la suya.

Y sobre todo, su cabeza preguntaba sobre su padre. Aunque en algún momento aquello lo sentía como una traición hacia su persona, aún se preguntaba si a su propio padre le dolía haber dejado a su hija marcharse - y no por voluntad - en aquellas condiciones. Aunque Jennie también sintió la presión de dar algo por el reino, jamás pensó que sería de aquella manera.

Además, pensaba constantemente en el hecho de que desde que había nacido, su destino estaba escrito en algún lugar, en algún libro de su tal Lazo de Sangre del que le había hablado su padre la última vez. Porque pensaba que, de ser así, fue cruel al no decirle desde que era pequeña, tal vez inculcarlo como una simple tradición entre familia.

Pero tal vez Jennie tenía la respuesta en su cabeza después de todo. Porque si no mal recordaba y el dolor de cabeza le ayudaba, su padre había mencionado que tenía que hacer la unión con la casa Winterwarmth, en conclusión, con un Manobal. Y si así lo fuera, entendería el rechazo hacia la idea.

En su fe solían discutir constantemente la rigurosa tradición de los Manobal: el incesto. Jennie lo había escuchado y lo había leído hace tiempo, décadas y décadas de generaciones en aquella familia practicando aquello para mantener estática y pura una línea de sangre que para la fe era algo aberrante, algo imperdonable y que próximamente Jennie tendría que casarse con alguien de aquellas costumbres y pensó que tal vez por aquello, la propia familia llegaría a detestarla, por irrumpir en sus "tradiciones".

━ Lleva dos días sin despertar, el maestro Fenn confía en que despertará por hambre. Aunque supongamos que ella misma no esté intentando mantenerse dormida hasta morir, princesa. ━ una voz calmada y de tono varonil susurró en algún lado de la habitación.