CAPÍTULO |22|

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─ ¿Llegaste?

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─ ¿Llegaste?

─ Sí. ─ sonríe mientras deja sobre su escritorio las llaves de la entrada de su casa. ─ Mamá me fue a ver, aunque le dije que no lo hiciera, pues termino haciéndolo. Y lo agradezco porque el viaje me dejó cansado.

Se tira sobre la cama y gime ante la suavidad de esta.

Habían pasado dos días desde que se habían reunido para dejar el en claro lo que harían cuando San tuviera que presentarse en su antigua casa. Después de eso, Wooyoung compro su boleto de avión para regresar junto a su madre.

La despedida entre la pareja los dejó triste debido al poco tiempo que habían compartido juntos. Pero, sabían que, en un futuro eso cambiaría.

El otro lado del teléfono queda en completo silencio, Wooyoung levanta su cabeza para ver la pantalla y  descartar que el mayor haya terminado la llamada.

Pero no, la llamada seguía su curso.

─ ¿San?

─ Mhm. ─ es lo único que escucha decirle.

─ ¿Pasa algo? ─ pregunta dándose la vuelta y quedando boca arriba teniendo una vista del techo de su casa. ─ Creí que la llamada se había cortado.

Más silencio del otro lado.

Wooyoung espera con paciencia a que el mayor quiera retomar la conversación, o que le diga aquello que lo tiene tan callado. Aunque el silencio en San era común, era completamente diferente cuando se trata del menor.

─ Es solo que...te extraño. ─ lo último lo dice en voz baja que apenas se percibe como un susurro.

Las palabras golpean con fuerza en el pecho de Wooyoung, sabía lo difícil que para San era decir ese tipo de palabras que conllevan sentimientos más profundos.

San no tuvo una persona a quien decirle, te quiero, te extraño, ni tuvo quien le dijera esas palabras. En el pasado de había resignado a recibirlas. Había cambiado completamente su punto de vista sobre ello, para él estaba bien si las personas con las que se juntaba lo quería o no. Años y años de rechazo lo hicieron ser lo que es.

Es por eso que Wooyoung se sentía la persona más importante en ese momento.

─ También te extraño. ─ le dice con seguridad.

La risa de San es lo que recibe en respuesta.

Le gustaba mucho ese sonido, eran las pocas veces en que el mayor era libre de expresarse y sin contenerse al mostrar ciertos aspectos frente al menor.

─ Por un momento pensé que no me habías escuchado. ─ otra voz se une al mayor, y no le es difícil a Wooyoung reconocerla. ─ Pásamelo, quiero hablar con él. ─ No. ─ Choi San. ─ Yo estoy hablando con él.

La queja de su padre no tarda en llegar.

─ Prohíbo que te vuelvas a juntar con Choi. ─ al parecer había logrado quitarle el teléfono al pelinegro.

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