CAPÍTULO | 7 |

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─ Esto sabe asqueroso

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─ Esto sabe asqueroso. ─ Mingi escupe el intento de postre que su amigo estaba haciendo, y para ser sincero no se le estaba dando bien. ─ Llevas dos intentos fallidos Jung Wooyoung, a este paso terminaré intoxicado por tu culpa.

─ Ya, deja de ser exagerado. ─ dice mientras su vista sigue pegada en la receta de su madre intentando buscar en donde falló. ─ Algo me falto añadirle.

─ Sí, era azúcar, no sal. ─ lo escucha decir.

─ ¿Azúcar?

─ Sí, por si no lo sabías es el ingrediente que endulza las comidas que se disfrutan antes o después, llamadas postres.

─ Se lo que significa azúcar, bobo. ─ el pelirrojo lo mira mal mientras le responde.

─ Bueno pues, deberías probar los ingredientes antes de agregarlos. ─ le indica mientras va en busca de la funda de basura para tirar el postre. ─ Si yo fuera San, definitivamente no comería de lo que cocinas, por el bien de mi vida.

Wooyoung le lanza una toalla de cocina.

─ Bueno pues...─ Wooyoung lo imita. ─ Agradezco tanto que no seas San, iug.

El pelirrojo finge estremecerse ante la idea de Mingi siendo San. Termina riéndose de sí mismo por los pensamientos que cruzan en su mente.

Mingi y Wooyoung llevaban dos días intentando preparar el postre de frutos rojos, el día anterior la preparación había quedado a medias, debido a que Mingi tenía una cita con su novio. Y prefirió tomar un descanso porque sabía que solo, era imposible lograr algún avance, aunque pensándolo bien, no es como si con Mingi hubiera grandes avances.

Suspira sintiendo un poco derrotado, pero se recompone cuando piensa en su hyung, y lo feliz que se vio cuando le regalo las galletas. Bueno no es como si su rostro haya sido expresivo, pero sus ojos se lo confirmaron.

─ Iré a al pequeño supermercado en busca de más ingredientes. ─ anuncia el pelirrojo con las energías renovadas.

─ Bien, yo te espero aquí. ─ comunica el castaño mientras se tira en el sofá de la sala. ─ Hace mucho calor como para caminar diez cuadras hasta allá.

─ Mingiiii. ─ se queja. ─ Necesitaré ayuda.

Mingi revisa su teléfono y con una sonrisa le dice. ─ En estos momentos, cierto pelinegro se encuentra comprando alimentos en el mismo lugar al que vas, si no te apuras seguro que...

Wooyoung no siguió escuchándolo y salió corriendo de la casa con dinero y su teléfono en la mano. Y sabía que su amigo debería estar riéndose de él, pero no importaba pues, estaba a solo minutos de encontrarse con el amor de su vida. Bueno, futuro amor de su vida.

─ Dios, Wooyoung. Si que estás perdido. ─ susurra para sí mismo cuando ve a un par de cuadras el supermercado. ─ Mataré a Mingi si llega a ser una mentira, solo para no acompañarme.

SWEET SUMMERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora