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—¡Lourdes! —Ariana le gritó por el pasillo pero la ojiverde, a pesar de haberla escuchado, no se detuvo.

La morena sabia que seria dificil que Lourdes la quiera escuchar, asi que fue corriendo tras ella hasta que por fin consiguio alcanzarla.

—Lourdes....—volvio a decir pero esta vez más agitada.

—Si venis a refregarme como te volviste a acostar con Martina andate. —Ariana pudo ver las pequeñas lagrimas que intentaba ocultar y se sintió terrible por ser ella quien las causo.

—No, no vengo a refregarte eso porque no paso. —contesto. —Martina vino a pedirme que me vaya de la escuela y despues terminamos teniendo una conversación en la que me hizo entrar en razón con todo lo que te hice...les hice.

—Yo no entiendo porque te pusiste asi en contra mio, somos mejores amigas de toda la vida y sabes que jamas te haria nada malo. —Lourdes le dijo sincera.

—Lo se. —reconoció. —Solo que...yo me enamore de Martina y no tenia idea de tus sentimientos hacia ella, despues de que yo la haya besado y te haya contado todo lo que sentia por ella, me entere que ustedes se habian acostado y que Martina estaba re enamorada de vos y me senti traicionada de alguna forma.

—Yo no quise hacerte sentir asi. —contesto. —Cuando te escuche decir que te gustaba Martina, me senti terrible, porque yo sabia lo que sentia por ella pero no queria decirlo en voz alta y estaba en el medio de todo...yo sabia que esto podia terminar asi pero no lo impedi de todas formas.

—No tenias porque impedirlo tampoco, eran tus sentimientos y esta bien, es todo nuevo para vos. —dijo comprensiva. —Por eso te queria pedir perdón por como actue y las cosas que dije.

—Esta bien. —acepto sus disculpas.

—Y por favor, no seas tan tonta como para perder un amor de verdad por algo que tu familia te hizo creer que era lo correcto. —le dijo acariciando su espalda.

—Pero mira todo lo que pasamos, nunca pudimos estar juntas y supongo que eso es una señal. —hablo decepcionada.

—Y porque en vez de ver lo negativo no pensas que a pesar de todo lo que les paso, todavia siguen amandose de la misma manera quizas esa sea la señal. —levanto los hombros. —Dios no puede odiarte por amar y si lo hace, entonces replanteate porque le debes tanto a algo que no te quiere ver feliz.

Lourdes se quedo pensando en lo que Ariana le dijo. Eran palabras muy coherentes y podia ver que tenia razón en todas. Ella extrañaba mucho a esta Ariana, a la que era su mejor amiga y le daba consejos.

—Gracias por todo esto. —la abrazo y se quedaron en ese abrazo por varios minutos.

—Es lo minimo que puedo hacer despues de ser parte de los problemas que tuvieron que soportar. —dijo triste. —Pero bueno, vos ahora tenes que ir a buscar al amor de tu vida y yo...me voy a ir.

—¿En serio? Sabes que no hace falta que te vayas, pudimos aclarar bien las cosas y tambien hablaste con Martina...—Ariana negó.

—Si lo se y me alegra aunque sea irme en paz con las dos pero...no puedo seguir acá, vine principalmente por vos y porque me sentia culpable de que estuvieras en este lugar por mi, pero ahora que se que vas a tener quien te cuide y que vas a estar bien, me quiero ir. —Lourdes acepto los motivos. Iba a extrañar a Ariana pero si ella no queria quedarse entonces no iba a retenerla.

—Esta bien, entonces, supongo que es la despedida definitiva. —dijo Lourdes levantandose.

—Eso creo. —la miro con una sonrisa debil. —Voy a extrañarte mucho. —volvieron a abrazarse.

Se miraron fijamente por un largo rato, como sabiendo que probablemente sea la última vez que se verian. Lourdes solo deseaba que ella pudiera encontrar la felicidad y ser libre.

—Voy a...voy a buscar a Martina. —se limpio las lagrimas y fue camino a la salida.

—Cuidala. —fue lo último que la morena dijo. Lourdes asintió sonriente y se fue finalmente de la habitación de su mejor amiga para ir a buscar a la rubia.

Camino por toda la escuela y no la encontro, incluso fue al bosque y tampoco estaba ahí. Como último lugar en el que espero que realmente este fue en la terraza, y para suerte de la ojiverde, ahí estaba. Acostada mirando al cielo, en la mitad del lugar.

—¿Puedo acostarme al lado tuyo? —le preguntó.

—Si no vamos a pelear, si. —contesto y Lourdes se recosto al lado de ella.

—No vengo a pelear. —le aseguro. —Vengo porque estoy cansada de estar lejos tuyo, de fingir que puedo controlar la situación, que puedo hacer mi vida sin vos porque eso es imposible. —la rubia volteo a mirarla cuando escucho eso.

—¿Qué estas queriendo decir? —se acomodo un poco para verla bien.

—Estoy queriendo decir que te amo y que perdimos mucho tiempo sin estar juntas y vine a recuperarlo. —dijo firme. —La otra vez me preguntaste si queria ser tu novia y no te pude responder, o mas bien si, te dije que no era correcto..

—¿Y ahora? —Marrina preguntó con cierto destello de ilusion en su rostro.

—Ahora estoy segura de lo que quiero y es a vos. —contesto. —Quiero ser tu novia Martina, quiero que estemos juntas y si para tenerte es necesario darle la espalda a Dios, entonces lo hago sin dudarlo.

Martina no pudo resistirlo y se tiro encima de ella para besarla. Lourdes rió pero le correspondio de inmediato. Ahora ambas sentian una sensación de que el corazón iba a salirse de su cuerpo.

—¿No crees que es muy rapido para que seamos novias? —preguntó Martina con dudas a que se arrepintiera. —Digo, yo contentisima pero quizas vos quisieras ir más despa...—Lourdes la calló con un beso.

—Ya perdimos demasiado tiempo te dije, ahora lo único que quiero es que seas mía. —respondió muy segura.

—Siempre fui tuya Lourdes, desde el primer día. —le dio un corto beso.

—¿Quien diria que tendria en la palma de mi mano a Martina Benza? La más querida y codiciada de todo este lugar. —rió de forma burlona y Martina la siguió.

—¿Así que queres burlarte de mi? —apreto sus labios. —Entonces empeza a correr porque me voy a vengar.

Lourdes se levanto pegando un par de gritos mientras corria de Martina quien la perseguia. Una vez que la atrapo comenzo a hacerle cosquillas en todo el cuerpo haciendo que Lourdes riera desesperadarmente esperando a que la suelte.

—Martina...—se quejo moviendose para todos lados y la mano de Martina fue accidentalmente a uno de sus pechos.

—Perdón...—lo saco enseguida y ambas se quedaron en silencio. Lourdes la miro fijamente a los ojos y tomo la mano de Martina para volver a colocarla en el mismo lugar.

—Me gusta más ahí. —sonrió levantando las cejas.

—Creo que a mi también. —Martina empezo a besar a Lourdes de forma más...apasionada.

—¿Vamos a corrompir nuestra terraza tambien? Pensé que este era un lugar muy romantico como para tener sexo. —bromeo.

—Pero nosotras no tenemos sexo asi como asi, a mi me gusta hacer el amor con vos. —rió volviendola a besar. —Aparte vos empezaste.

—Tenes razón. —y esa tarde fue una larga tarde para ambas, tanto que comenzo a ser de noche y ni les importo.

Después de todo lo que tuvieron que vivir, ellas querian empezar a ser felices. Sea cual sea el precio que tuvieran que pagar.

Y sería bastante caro.

LIVING PROOF || Martuli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora