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Cómo es costumbre Kelif se encontraba gritando que tenía los mejores esclavos, tranquilamente el Beta se acercaba para poder tener una pequeña conversación.

-Esclavos!, Esclavos de buena calidad!- Kelif sintió una mirada cuando volteó a mirar el origen de esa sensación; reconoció a un joven Beta con ropajes nobles.

-Algunas cosas no cambian, verdad Kelif- era normal que al principio dudará si era el beta o no, las ropas que portaba eran de seda fina no parecía precisamente esclavo pero todavía tenía esa mirada ingenua.

-Mírate hebreo, cuánto tiempo sin verte... Cuánto tiempo paso 1 o 2 años tal vez- bromeaba Kelif.

-Para ser exactos 4 años- Kelif mostraba una sonrisa de oreja a oreja tal vez debió esperar a que el Beta madurara y venderlo a una casa de placer, el Beta no posee la belleza de una omega pero era un buen deleite para los ojos.

-¿Sigues trabajando para el señor Potifar?- la respuesta de José fué rápida, con un simple asentimiento de cabeza.-Se puede apreciar que has prosperado; quien diría que el señor Putifar tuviera ese tipo de gustos en la cama-una risa burlona deja escapar.

-Se equivoca; no hago ese tipo de trabajos yo soy el administrador de la casa del Señor Potifar-

-Entonces gracias a él es que has aprendido el negoció de un administrador- José vuelve a asentir con la cabeza - y también a contar, lastima... de haber sabido que eras una cajita de sorpresa hubiera vendido a un mejor precio, pero estoy seguro de que no viniste solo de visita ¿verdad?- Kelif no es adivino pero tampoco un tonto es obvio que el hebreo busca algo en específico.

-Tiene razón, quisiera preguntar si de casualidad tendrás noticias de mis hermanos?- el nerviosismo esta presente en cada palabra en esa simple oración.

-Desafortunadamente nunca regrese a esas tierras así que lamentablemente no puedo ayudarte- sinceramente Kelif no regreso por temor a encontrarse con los vándalos de los hijos de Jacob, aunque en su momento tuvieron su tregua el sabía que no olvidan su robo de aquella noche.

-Lástima, me hubiera gustado tener información sobre mi padre- y sin decir nada más se retiró en dirección a la casa del Señor Potifar.

Su trayecto fue silencioso sus pensamientos eran muchos pero era mejor dejarlos, su trabajo era primero el sabía que la esposa de su Señor es un poco insinuosa con algunos esclavos eso le asustaba acaso ella no era consciente de lo afortunada que era.

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-José, qué te tomo tanto tiempo, el señor Potifar quiere que acompañemos a su señora a conocer a la nueva adoradora- Mitri decía mientras se dirigía a dónde se encontraba la omega.

Las calles estaban adornadas con colores muy bonitos, la gente reunida en el templo y como es debido los lugares correspondientes para el General real y su omega.

- Feliz es aquél que tiene un corazón que lo conduce por este camino, solida será la vida sobre la tierra de aquel que tiene un corazón firme en el camino de Seth y grande es la felicidad en esta tierra de quién le teme- Decía un sacerdote cuando una joven omega era cargada sobre un taburete, el joven Beta estaba fascinado logro apresiar a su señor que caminaba junto a un Hombre que igual mente estaba sentado en un taburete su puso que aquél hombre era el Faraón, se podía apreciar que era un hombre mayor de 40 años tenía un rostro firme y apuesto detrás de él venía otro taburete acompañado de la gran esposa real muy hermosa se podría decir.

El Omega de Egipto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora