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Después de comer, el omaga les ofrece pasar la noche como invitados los hebreos no pudieron negarse, los dividieron en grupos de 5 para cada habitación y Benjamin tendría una pará el solo en las habitaciones se encontraban con artículos de oro también los mejores muebles, Rubén pedía que Benjamín se quedara con ellos que podrían compartir pero el gobernador no aceptó.

-Benjamín se que en esta casa está llena de lujos pero por lo que más quieras no toques nada- el menor se mostró ofendido por el comentario de Simeón.

-Por qué piensas eso yo nunca tomaría algo que no me perteneciera- Benjamín podría ser un niño pero sabía el respeto a lo ajeno, eran invitados y su anfitrión fue muy bueno con ellos.

Sus hermanos se dirigieron a tomar un baño todo esto parecía un sueño eran tratados como nobles.... Benjamin exploraba la casa y al ver a un joven recargado de un pilar se asusto.

-Perdon, no era mi intención asustarte- la risa burlona de Hasani solo provocó vergüenza en el menor.

-No me asusté, pero dime tú quien eres se ve que no eres un sirviente tus ropas son diferentes- Benjamín analizaba al mayor y las espadas de madera llamaron la atención de Benjamín.

-Gracias por el cumplido aunque no lo creas yo soy un guardia en entrenamiento; sabes combatir con la espada....es sencillo- Benjamín no dudo en tomar la espada que el egipcio le ofreció; nunca había tenido una en mano pero se parecía mucho a unos que sus hermanos tenían escondidas en la tienda -Mirame concéntrate si bajar la guardia podrías morir; pon atención primero está es la poción de defensa y para atacar solo tienes que dejar que tu peso haga el resto eres pequeño supongo que ceras rápido ocupa tus reflejos para esquivar- Hasani empezó una pequeña práctica con el menor; era encerio que no tenía conocimiento sobre el arte de la lucha pero aprendía a esquivar muy rápido y leer los movimientos serían buenos amigos si Zafenat Panea decide que se quede el menor.

No notaron el trascurso del tiempo sino hasta que el omega entro y observo como su hermano menor se divertía practicando con el príncipe y cuando Benjamin resbaló con la arena su primer intento fue cubrir su rostro en espera del golpe que nunca llego, Hasani detuvo su ataque y con una sonrisa en su rostro extendió su mano para que el menor la tomara.

-Es hora de regresar, deja que Benjamin descanse- se podía sentir la alegría del omaga y Hasani se despidió del menor -Ven Benjamin te llevaré a tus aposentos debes estar cansado después del viaje realizado desde Canaan- Benjamin siguió al omega pero no puedo evitar un grito al recordar algo importante.

-No me dijiste tu nombre!- el alfa volteo pero solo sonrió y agito su mano para continuar su camino.

-Se llama Hasani- la voz del omega casi fue un susurro pero el menor logró oírlo con claridad -Si te gusta entrenar puedes pedir permiso a tu padre y quedarte por un tiempo-

-No podría dejar a mi padre.. pero si espera unos años me gustaría regresar claro solo si su oferta sigue en pie- el omega no insistiría más por lograr que Benjamín se quedara con el.

Después de despedirse del menor el omega se encontraba con uno de los regalos que el soberano le había entregado al omega nada extravagante solo una copa de lo más fina adornada con diamantes y esmeraldas Mitri se encargaría del resto.

-Es un buen niño me agrada, confía en mi idea verás que nada estará fuera de control- el omaga no podría empezar a dudar.

-Solo espero no decepcionarme con la reacción que tengan mis hermanos- un suspiro escapa de sus labios en cuanto amaneciera los extranjeros regresarían a Canaan con el trigo.









Al amanecer con los primeros rayos de sol empezaron su labor para regresar pero Benjamin buscaba al joven para despedirse pero no lo encontró.

El Omega de Egipto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora