♡ : VII - EXCITACIÓN

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Lunes 23 de abril 2018

El paisaje frente a sus ojos era envidiable, una postal que traía ríos, quebradas, mucha naturaleza, podría tomar fotografías, pero estaba seguro de que en el Parque Jingsan tendría el tiempo para hacerlo con calma.

Cruzó sus brazos a la altura de su pecho y miró con enfado disimuladamente a su lado ¿Por qué tenía que viajar precisamente con él? 20 alumnos por cada curso, 3 cursos en total, dos profesores para cada uno, 6 profesores en total ¿Por qué las posibilidades no habían jugado en su favor? Claro, podía entenderlo de cierta manera, si bien conversaba con todos y era algo así como "el más popular", su mejor amigo era Han Jisung y a él no le habían dado la autorización para viajar por 'asuntos personales ".

Mentira, Yang Jeongin sabía muy bien que los padres de Jisung temían dejar tanto tiempo a su hijo conviviendo y durmiendo donde hubiera adolescentes masculinos, incluso si estos eran religiosos.

Él también iba a declinar su participación en el "campamento" pero Jisung lo amenazó diciendo que no le hablaría en días si se apartaba de semejante oportunidad.

Y así había acabado sentándose en los primeros asientos con el señor Hwang, las muchachas se habían peleado por ser las "afortunadas", pero en el preciso momento que Jeongin descansó su cuerpo en el asiento al lado de la ventana, aquel hombre que robaba suspiros por donde pasase, apareció confundido escuchando las órdenes del director que le pedía que se sentara al lado de su alumno.

El señor Hwang estaba durmiendo con los brazos cruzados a la altura de su pecho. Por muy estúpido que sonara, Jeongin se dedicó a ver los detalles que formaban su rostro. La nariz del hombre era delicada y terminaba en un pequeño botón que se unía al labio superior por una fina línea. Bajo la vista a sus piernas y se fijó en lo bien formadas que estas estaban... inmediatamente apartó cualquier teoría de cómo conseguía que estas fueran tan fuertes.

—¿Acabó con su inspección señor Hwang?

Alarmado dirigió su mirada hacia los ojos de aquel hombre, Hyunjin se sentía satisfecho incomodando al corderito y mucho más cuando apretaba la mandíbula y observaba el paisaje desde su asiento.

¿Creía que no iba a darse cuenta de lo que estaba haciendo? Un demonio no dormía jamás, pero fingir hacerlo no era difícil a excepción cuando se está excitado. Hyunjin, el íncubo, era muy consciente de la presencia del muchachito, el calor que emanaba, el perfume que llevaba puesto, las "imperfecciones" de su rostro que lo hacían más apetecible, las proporciones de su cuerpo que no eran débiles pero que a su lado lo hacían lucir como un escuálido.

Estiró su comisura labial en un breve intento de sonrisa antes de cerrar los ojos, quería mostrar toda la indiferencia que no era capaz de darle, quería que siguiera creyendo que lo odiaba cuando en realidad se estaba haciendo difícil no reducirlo bajo su cuerpo.

¿Qué había sucedido después de aquel incidente de la misa? Hyunjin había recuperado la energía, pero su rechazo a cualquier figura religiosa había aumentado, incluso había visitado al gran Chan para que le brindara su apoyo y mayor protección.

Para Jeongin fue difícil ignorar la presencia de su profesor, aunque desviaba la mirada cada vez que se cruzaban en un pasillo de la escuela.

Había tenido pesadillas constantes en las que una presencia masculina rondaba su espalda y otros tantos sueños más en los que sin entender por qué, despertaba tan excitado que necesitaba masturbarse para aliviar su cuerpo.

—Y pensar que quedan 3 horas más de viaje — susurró el muchacho bebiendo una cajita de leche y mirando el paisaje, en un acto tan simple que desquiciaba al íncubo.

La obsesión del demonio ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora