♡ : XXVI - ADIÓS HERMANO

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Las ventanas de la habitación empezaron a congelarse, el ambiente empezó a carecer de todo tipo de vida, algunas paredes temblaron, todos los perros que habitaban en 1 kilómetro a la redonda aullaban desesperados porque algo realmente negativo estaba cerca.

Lo había visto, Hyunjin, su primer íncubo de belleza natural y quien se había caracterizado por ser un devoto de seguir los preceptos del gran amo Satanás, le había entregado de su energía a un humano que había estado a punto de abandonar su cuerpo, le había dado "vida" a alguien que adoraba a los infelices "blancos" del cielo como Dios y Jesucristo.

Asmodeo, que se presentaba como un ser tétrico, extremadamente delgado cubierto por harapos negros, alas grotescas y una altura que llegaba hasta el techo, se acercó decidido hasta Yang Jungwon con la mano estirada para apagar la llama que espiritualmente cada ser humano cargaba en su pecho. Eso para empezar, porque estaba decidido a destruir todo lo que rodeara a los íncubos, incluso a ellos borrarlos de la existencia como los cuervos lo hicieron con Karina.

¡Había sido engañado como a una rata! Pero cuando rozó la cama del frágil Jungwon, una mano cálida se apoyó en su "hombro", una luz blanca y una detestable parsimonia que lo hizo gemir y voltearse para que su horroroso rostro se degradara aún más.

Era el ángel de la tercera jerarquía y de quien iba a estar eternamente obsesionado.

—Ni siquiera te atrevas a tocar a un cordero del rebaño de nuestro señor.

—Félix —fue todo lo que Asmodeo pudo decir antes de que su apariencia se fuera disminuyendo hasta transformarse en el serafín que alguna vez fue Félix... ¿Por qué me haces esto?

—Alguien que ama no sería capaz de dañar a otros como tan vilmente lo has hecho con todo el séquito que lidera Satanás, no has cambiado en lo absoluto, tu impoluta apariencia no es más que una máscara —decidido dejó los dedos sobre el cuello de la criatura malvada mientras se quemaba, los ojos "rasgados" de Asmodeo se cerraron mientras gritaba vas a perder tu dominio sobre ellos y no podrás detenerlos ¡Vete!

Los quejidos y sonidos tétricos que emitía aquella poderosa criatura lograron romper un par de vidrios de la habitación, pero los humanos estaban hechizados por el ángel para que no cayeran en la locura.

Mientras más luz emitía el cuerpo de Félix, más intolerable se hizo Asmodeo, pero fue imposible resistir más tiempo cuando el ángel cerró los ojos y empezó a rezar en la lengua que hablaban ellos.

Desapareció entre niebla negra y llamas dejando un completo caos a su alrededor.

Fue el mismo ángel quien devolvió todo a su estado natural, se desplazó hasta la cama del adolescente y depositó un suave beso en su frente.

—Ya no falta nada, ya vas a poder descansar... solo resiste 2 días más.

Dicho aquello levantó las manos pidiéndole al ser superior que obrara a través de ellas, fue la única manera de crear una "barrera" que ningún ser del inframundo pudiera atravesar, una barrera que estaba contra el tiempo.

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Observó turbado sus manos preguntándose cuanto tiempo le había obsequiado a Jungwon y si Dios iba a tomar cartas en el asunto por interferir en sus planes. No podía, simplemente se había sentido incapaz de dejar que la ínfima luz en su pecho se apagara esta noche cuando el corderito no estaba a su lado para acunarlo y decirle adiós. Mierda, es que ni siquiera estaba actuando como demonio, ya no quería ser uno ¡Pero no podía desprenderse de su origen como tal!

Chasqueó los dedos para que un espejo apareciera frente a sus ojos, sus alas estaban muy poco agraciadas y no podía detener la caída de las plumas, esto no era normal y estaba seguro de que no era lo mismo por lo que había tenido que pasar Minho.

La obsesión del demonio ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora