♡ : XXXVI - CONFESIÓN

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Había olvidado por completo que le había entregado llaves de su departamento a su novia en caso de emergencia, había olvidado que desde la perspectiva de afuera era muy sospechoso que después de un intento por ser drogado quisiera estar completamente solo, más aún cuando lo que había sido una aparente relación firme cambiaba con aquellos detalles importantes.

Dayeon había sospechado que algo malo estaba sucediendo, quizás el chico estaba sumido en una depresión, quizás tenía problemas personales tan profundos que no quería abrirse a ella, cosas de esa índole. Su sorpresa fue mayor cuando entró y lo vio durmiendo con un hombre en la cama.

Más allá de la infidelidad, el saber que su novio estaba con una persona del mismo sexo era denigrante, porque comenzaba a cuestionarse qué había hecho mal como mujer, sin embargo, necesitaba las palabras de Yang Jeongin.

—Jeongin...

El estado del aludido era preocupante. Su piel blanca era mucho más clara, su cuerpo completo estaba temblando con espasmos desde la cabeza a sus pies, su pecho estaba tan apretado y los bronquios tan estrechos que cuando respiraba un suave silbido salía de ellos.

"La sensación de muerte" lo hizo jadear, el terror de experimentar por lo que había pasado Jisung estaba presente, estaba en las etapas iniciales de lo que podía ser una crisis de pánico. Inclinó la cabeza hacia adelante y la sostuvo con ambas manos, estaba arruinado.

Ensimismado en su preocupante estado, ni siquiera fue consciente del ruido que produjeron las zapatillas de Dayeon o como ella colocó ambas manos en su rostro para observarlo totalmente angustiada. En todo el tiempo que lo habían visto, jamás lo vio de esa manera.

—Jeongin, por favor mírame a los ojos cuando te estoy hablando —después de un suave jadeo, el muchacho la miró. Sus ojos llenos de lágrimas la incitaron a ella a hacer lo mismo de forma involuntaria— ¿Realmente pensaste que caería tan bajo como para revelarle esta foto a tus padres?

—¿Q... qué?

Le entregó el teléfono al muchacho para que observara la imagen, la foto, a pesar del contexto por el cual había sido tomada, era preciosa y digna de dejar en blanco y negro para colgar en la pared. Él estaba acostado prácticamente encima del torso desnudo de Hyunjin, abrazándolo como si fuera un oso atlético, mientras que este descansaba su mano en la nuca del chico y apoyaba los labios en su frente. Las sábanas los tapaban con delicadeza, se apreciaba mucha tranquilidad.

—Vas a borrarla con tus propias manos cuando me expliques que haces con el entrenador de baloncesto, porque no jugaron precisamente a las muñecas.

¿Dayeon le estaba dando una oportunidad para explicarse y salvarse? Nada iba a evitar que hablara con sus padres, pero que escucharan sus palabras era muy distinto a enterarse por medio de una foto que su hijo había tenido relaciones sexuales con un hombre.

Movió sus manos una y otra vez, hasta que sintió el valor de observarla a los ojos.

—¿Alguna vez me observaste como mujer? — dijo con voz aguda y cierta inseguridad.

—Sí, lo hice por más de 1 año... eres la mujer más preciosa que alguna vez he visto —tuvo la tentación de sostener su cabello, pero eso la dañaría más— pero lo que sucede con ese hombre en la foto es algo muy fuerte, nadie puede comprenderlo.

—Entonces explícame Yang Jeongin, explícame para que trate de no odiar al hombre que me hizo feliz —la última palabra fue dicha con la mandíbula tensa y los ojos aún más húmedos.

¿Cómo decirle, que el hombre de la foto, aquel hombre que había llegado a entrenar al exitoso equipo de baloncesto de la universidad, en realidad había sido un demonio con más de 20.000 años de existencia humana? ¿Un demonio que se había entregado a lo qué más odiaba y que no tuvo temor de rogar que lo desaparecieran, para que en cambio otros en su lugar fueran felices?

La obsesión del demonio ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora