♡ : XVIII - LA VENGANZA DE KARINA

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Con una sonrisa revisaba las fotos que había tomado durante la tarde mientras Hyunjin conducía a su lado.

Después de aquel episodio extraño en el que sintió la tensión de aquellos hombres, olvidaron por completo que Minho debía pagar penitencia, continuaron el juego un par de minutos, ocasiones en las que Jisung, Changbin y él mismo tuvieron que pagar penitencia.

Changbin fue desafiado para lanzarse al agua fría del lago, aunque, desde el punto de vista de los demonios, aquello era como un juego de bebés, no había temperatura que les hiciera daño ni mucho menos un poco de agua, la ropa podían secarla al alcance de un chasquido, Jisung tuvo que regar un camino de besos lentos en toda la zona izquierda del cuello de Minho, había sido evidente lo caliente que se había puesto cuando el muchachito dio un suave gemido.

Si hubiese podido tomarlo y hacerle el amor allí mismo lo habría hecho.

—Tu aura es diferente ¿Te sientes mejor? —la voz de aquel hombre irrumpió el silencio.

—Mucho mejor, aunque después de pagar mi penitencia bailándole a usted, creo que me siento el hombre más patético del mundo —sonrió al recordar las risas de los demás— por favor olvídelo.

—No, me pareciste el hombre más caliente del mundo así que, imposible —le guiñó el ojo haciéndolo sonrojar.

Después de unos minutos en un cómodo silencio, llegaron a la casa de los Yang. Hyunjin apagó el motor y se movió un poco sobre su asiento emitiendo el exquisito sonido del cuero de este, Jeongin apretaba sus manos ansioso por alguna razón. Dio una pequeña mirada a la casa y luego al hombre a su lado, se sentía profundamente agradecido por la salida de esa tarde, haciendo algo diferente que incluyera a sus mejores amigos y a los hombres por los que estaban interesados.

Tragó saliva y sonrió con la comisura labial izquierda.

—Esta noche mis padres se quedarán en el hospital cuidando de Jungwon — rascó la piel de su nuca ansioso, no quería sonar vulgar o algo por el estilo— y no me gustaría estar solo ¿Podría quedarse conmigo?

Abrió los ojos y observó al muchachito, Jeongin estaba inquieto por el silencio prolongado, pero era evidente que lo deseaba a su lado, se lo había pedido. Después de aparcar donde se lo había indicado, se dirigieron a la cocina. Hyunjin le pidió que se sentara para prepararle comida, el corderito no sabía cocinar siquiera un huevo frito y él estaba dispuesto a complacerlo.

—Puedes ir a ducharte mientras tanto ¿Sabes? prepararé la cena.

Después de un momento en el que se cercioró que el humano estuviese quitándose la ropa para ingresar en el baño, abajo en la cocina aparecieron los otros dos íncubos. Los tres fruncieron el ceño porque sabían lo que debía pasar.

—No tengo mucho tiempo Hyunjin — exclamó Changbin— le dije a Seungmin que pasaría al baño ¿Qué vamos a hacer?

—Soy el único que no está con su humano, ya saben, sus padres pidieron una hora estricta de llegada así que...

—Y yo no dejaré al cordero solo en su casa, es la fuente principal de ataque de esa jodida perra. Minho ¿Puedes pedirles a los servus que vayan tras su búsqueda? convéncelos, diles que les daremos la energía de nuestras victimas durante la semana.

Asintieron antes de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, no podía dejar pasar un solo segundo sin ocuparse respecto a esa súcubo, había ido a espiarlos en el viaje a pesar de las advertencias. Si no la hacían desaparecer uno de los muchachos iba a terminar gravemente herido, si es que no muerto.

Una vez solo, el demonio miró la cocina ¿Era necesario fingir que preparaba comida cuando nadie lo vigilaba?

Jeongin enjuagó el último rastro de shampoo de su cabello, había procurado tallar su piel con una esponja y mucha espuma de jabón. Después de salir revolvió la cabeza como un cachorro recién mojado, sostuvo una toalla y secó su cuerpo, nunca se había vestido tan rápido en su vida.

La obsesión del demonio ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora