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Fue la misma rutina el otro día, pero no hubo ningún accidente ni muertos. Tampoco me encontré con Ben, a él le gusta llegar siempre algo tarde. Puede darse ese lujo, pues es un veterano y buen conocido de todos en el club.

En mi cabeza no dejaba de preguntarme qué habrán estado haciendo allí abajo. Suponía que sería un subgrupo entre aquellos que más tiempo en el club llevan, quizás para discutir asuntos importantes o simplemente para pasar un buen rato.

Recordé entonces la noche en la que salí sola y me topé con el club. Había visto a un grupo de personas en la habitación detrás de las escaleras a eso de las 23:00. El hombre que luego me había perseguido no debió haber sido otro que Mike.

Lo que sea que haya sido aquella reunión, no me pareció más que una reunión de amigos. Reían y lanzaban carcajadas. Pero, ¿por qué sería tan grave que alguien los viera? ¿Por qué lo mantendrían a escondidas? Tenía que haber algo más, algo de lo que no quisiesen que los demás se enteraran.

Llegué entonces al club. Saludé a Mike como siempre y me detuve un segundo, pensando en quizás preguntarle qué era lo que hacían allí abajo por las noches.

-¿Sucede algo, Romi?- me peguntó él al ver que me había quedado allí parada.

Lo miré, dispuesta realmente a hacerle aquella pregunta que tanto rondaba por mi cabeza. Pero, afortunadamente, lo pensé dos veces.

-No, nada. Solo un mareo- le sonreí y bajé rumbo a mi clase.

Haberle mencionado lo que vi el día anterior, hubiese sido un error. Me daría tiempo para averiguarlo por mi cuenta.

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Elías no apareció en la clase aquel día. No esperaba que lo hiciera, de seguro Ali lo había desanimado la otra vez y le había dicho que no volviera, que ese no era lugar para él o algo parecido. En fin, quizás sea mejor para él ir a un lugar en donde no lo desprecien ni lo traten mal. Al fin y al cabo, es un club, se supone que debíamos pasarla bien.

La clase no fue gran cosa aquella vez, Ali nos hizo hacer una tarea colectiva en la que debíamos continuar la prenda que la otra comenzaba, pasándonoslas en ronda. Fue algo rebuscada, pero entretenida.

Había intercambiado un par de palabras con Selene, pero no más que para pedirnos rollos o pasarnos cosas. Ninguna se atrevería a mencionar algo acerca de nuestro pasado, ninguna.

En este sentido, los días se me hacían rutinarios. Eran idénticos unos a los otros. No hablaba con los de mi propia clase, así que menos lo haría con los demás. Ben me buscaba a veces para que no me sintiera sola. Me preguntaba qué tal me estaba yendo en las clases, si ya había conocido a nuevas personas.

-Ben, ¿conoces a Selene?- le pregunté ese día.

-Oh si, Selene Prince. Hace dos o tres años comenzó a venir al club. Buena chica- me contestó.

No comenté nada al respecto. No quería criticar a las personas que llevaban años yendo al club en mis primeros días, echaría todo a perder.

-De hecho,-continuó Ben- estuvimos en algo el año pasado.

Mi cara de fastidio debió haber sido evidente, puesto a que luego me preguntó:

-¿Por qué preguntas?¿Está todo bien?

No comenzaría contándole todo la historia que tuve con esa chica, por lo que me contuve, pero sin dejar de mostrar mi fastidio. Resoplé.

-Todo está más que bien. Solo tenía curiosidad, vamos juntas a la misma clase.

Club NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora