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Aclaración: cuando hablo de estantes me refiero a esos que están arriba, que son como de laboratorio, no los de libros.


¿Qué piensas hacer ahora?¿Atacarlo?¿Matarlo? Siempre había creído que jamás podría ser capaz de realizar tal atrocidad, matar. Y sin embargo, el miedo y enojo que aquellos dos me hicieron sentir, despertaba en mí un sentimiento, una ira que nunca había experimentado antes. No sabía que iba a hacer, si es que aquellas sensaciones me llevarían a hacer cosas impensadas, pero estaba segura de algo: haría lo que fuera por defenderme.

Esperé detrás de los estantes agachada y sosteniendo las tijeras con demasiada fuerza. Escuchaba los pasos de Ben aún bajando las escaleras, silbando una canción. La puerta se abrió.

-¡¿Qué?!- exclamó Ben furioso cuando vio que ya no estaba donde me habían dejado.

Me dio satisfacción su enojo, pues ahora los roles se habían invertido, o eso creía. Yo también soy astuta. Ya no tienen poder sobre mí.

-¡Romi!- gritó nuevamente furioso.

Al no recibir respuesta, inmediatamente cerró nuevamente la puerta y subió las escaleras. Podía escucharlo del otro lado gritando: ¡Mike, se soltó!¡Se soltó!

-¿Qué hago ahora?- me pregunté en voz alta, sabiendo que ambos bajarían, probablemente armados-. Es a todo o nada, Romi.

Estaba asustada en el fondo, pues sabía que las probabilidades de que me terminaran disparando o incluso matando existían. Pero, no serían capaces de matarme, ¿o sí? No importaba, ya había llegado demasiado lejos. Podía con esto.

Me acerqué rápidamente a la puerta y me posicioné en el costado de esta, procurando que no vayan a verme cuando ingresaran. Estaba aterrorizada, pero debía ser fuerte. Atacaría al primero que cruzara esa puerta y luego...ya vería.

Escuché cómo comenzaban a bajar, así que me preparé, sosteniendo las tijeras en alto y pensando: eres tú o los otros. Ataca con todo lo que tengas. Defiéndete. Mi instinto de supervivencia estaba más fuerte que nunca.

Finalmente llegaron abajo y comenzaron a abrir la puerta. Era el momento. Ataca. En el primer momento que vi una pierna asomarse me lancé contra esa persona.

-¡Romi!- escuché a mi mamá gritar y me detuve justo a tiempo antes de clavarle una tijera en el estómago.

A continuación Ben la empujó contra mí para evitar que los matara. Me moví hacia un costado y ahora sí, lo ataqué con todas mis fuerzas. Ví que estaba metiendo su mano en los bolsillos. Oh, no. No sacarás el arma. Le clavé las tijeras en el hombro y él gritó de dolor.

Mike, detrás suyo, lo hizo a un lado para pasar. Inmediatamente se abalanzó sobre mí y me golpeó fuertemente el rostro.

-¡No!- gritó mi mamá, quien inmediatamente se arrojó encima de él intentando rajuñearlo, morderlo, golpearlo...lo que sea pero detenerlo.

Tras unos segundos pude enderezarme tras ese fuerte golpe que seguro me dejaría toda la parte izquierda del rostro tremendamente enrojecida. Estaban en el piso, peleando como animales. Él encima de ella, luego ella encima de él. Ambos gruñendo.

En cuanto ví que metió su mano en el bolsillo, me tiré al piso para detenerlo. Lo agarré de la muñeca y lo mordía slavajemente, sin encontrar mejor forma de lastimarlo. Intenté luego sacarle el arma de su pantalón, pero ahora él me tomó de la muñeca, tan fuertemente que creí que me cortaría la circulación. Intenté patearlo, mientras mi madre lo golpeaba en la cara y él la apartaba con la mano, también pateándola.

-Ey- gritó Ben, quien se había arrancado las tijeras del hombro.

Sacó su arma y disparó hacia arriba, tratando de advertirnos que nos detuvieramos. Yo lo hice, pero mi mamá seguía golpeando a Mike furiosa y salvajemente.

-¡Mamá, para!- le grité temiendo que le pasara algo.

Ella no me escuchó. Y de repente se escuchó un disparo.


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-¡Mamá!- grité espantada al ver que ella se tiró al piso.

Me le acerqué rápidamente, creyendo que estaba muerta. Afortunadamente seguía consciente, pero estaba gimiendo fuertemente de dolor. Le habían disparado en el muslo, el cual comenzó a perder demasiada sangre. Me saqué la remera para detener el sangrado, haciendo presión contra su pierna.

-Tranquila, estarás bien- le decía para que no se preocupara, pero eso no detendría la hemorragia.

Me volteé para ver a Ben.

-Monstruo- le grité, pero él parecía estar confundido.

Luego giré la cabeza para ver a Mike, quien tenía una pistola en su mano: el le había disparado. Le había disparado cuando yo me aparté, permitiendo que él tomara el arma para...

-Es mi culpa, lo siento- comencé a decir mientras lloraba.

-No, Romi, no...-dijo mi mamá quien comenzaba a cerrar los ojos.

-¡No!- grité desesperada.

-Ella no morirá- dijo Mike fríamente mientras se paraba. Noté que estaba todo rasguñado-. La pérdida de sangre quizás haga que pierda la consciencia en un par de minutos pero no morirá. No puedo dejar que eso ocurra, no por ahora...

-¡Cierra la boca, monstruo!- le grité enojada, aún haciendo presión.

-La atenderé- dijo él e hizo un chasquido para que Ben subiera arriba-. Busca el botiquín.

Antes de hacerlo tomó las tijeras que habían quedado en el piso. Luego cerró la puerta con el brazo que podía mover..

-Romi...-susurró mi mamá con los ojos entrecerrados, perdidos.

-Aquí estoy, ma. Estarás bien.

Mike se abalanzó detrás mío y me agarró los brazos.

-¡No!- exclamé, pero ya estaba atándome nuevamente, esta vez con más fuerza-. ¡Me cortarás la circulación!

Pareció escucharme, por lo que aflojó la soga. Ben volvió con un botiquín en la mano.

-Ven a presionar aquí mientras yo la ato a la silla.

Quise salir corriendo pero Mike me agarró las piernas, haciendo que caiga violentamente contra el suelo. Luego me ató los tobillos, nuevamente demasiado fuerte. Buscó la silla y me levantó para sentarme en ella, y me ató esta vez todo el cuerpo para que no pudiera escapar.

-No creas que podrás escapar de nuevo- me dijo en voz baja-. Ni tampoco que tus actos no tendrán consecuencias. Tienes suerte de que no decidí matarlas a ambas. Sabes que puedo hacerlo, ¿cierto?¿O acaso creíste que en realidad no me atrevería porque son mi familia? Ustedes no me importan. Las mataré de ser necesario.

Le escupí en la cara en respuesta, a lo que él puso una cara de asco. Me abofeteó fuertemente.

-Te aconsejo que no me sigas provocando.

-Mike, ya déjala- dijo Ben mientras presionaba una toalla contra la pierna de mi mamá.

-Tú cállate y sube a curarte ese hombro, ¿cómo dejaste que esa mocosa débil te lastimara?- Ben no dijo nada y se retiró de la habitación-. Yo me ocuparé de tí Laura.

Luego se le acercó para susurrarle algo al oído. No pude escucharlo, pero de seguro fue una amenaza o algo parecido.

Tomó el botiquín y comenzó a tratarle la pierna. Primero que nada le sacó la bala como pudo, a lo que mi mamá gimió muy poco, pues estaba muy débil.

-Por suerte no fue tan profunda la herida- exclamó él mientras observaba la bala en la pinza.

-¿En serio no la dejarás morir?- le pregunté ingenua y preocupada por ella.

-Niña tonta, claro que no- respondió él-. Ella sabe algo que nadie más sabe.

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⏰ Última actualización: Nov 13 ⏰

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