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¿Cómo? Había desaparecido hacía años, casi nadie lo conocía. Apenas tenía familiares o amigos cuando nos abandonó, ¿y ahora un grupo de gente se reúne por las noches para investigarlo?.

-Antonio Días, ¿y ese quién es?- preguntó Selene en voz alta.

No le respondí. Estaba atenta a cómo proseguiría la reunión.

Mike pronto sacó una flecha del nombre y escribió: ¿Dónde está?. Se me formó otro nudo en la garganta, aún peor. Estas personas estaban buscando a mi padre, algo que ni mamá ni yo alguna vez nos dispusimos a hacer. No tenía forma de saber dónde se encontraba, pues a duras penas conocía su nombre. Ni siquiera sabía decir si en realidad quería saberlo. Pero no podía quedarme con los brazos cruzados y fingir que nunca vi lo que vi.

-Como sabemos no hay for...-empezó a decir Mike cuando, sin previo aviso, abrí la puerta.

Todos giraron la cabeza hacia nosotras dos. Selene seguía agachada.

-¿Qué estás haciendo?¿Perdiste la cabeza?- me preguntó con la cara completamente roja.

Nuevamente no le respondí. Comencé a caminar en dirección al pizarrón, esquivando las miradas del resto. Todos estaban en completo silencio, quizás incluso creyeron que estaba loca.

Me puse de espaldas al resto observando su nombre escrito en tiza blanca. Me quedé así unos segundos, pensando y procesando toda la situación. ¿Qué iba a decirles a todos?

- ¿De dónde lo conocen? - pregunté fuertemente para que todos me oyeran. Un par de lágrimas descendieron por mis mejillas.

- ¿Qué hacen aquí? Saben que está prohibido ingresar al club de noche- dijo Ali con voz autoritaria en forma de contraataque. Esta vez fue Selene quien respondió.

-Queríamos saber de qué se trataban estas reuniones secretas que hacen entre ustedes. ¿Por qué las esconden del resto de nosotros, eh?¿Acaso porque no somos tan veteranos como ustedes?- dijo con tono burlón.

-No les incumbe- dijo Tobías-. Ustedes no tienen nada que ver con esto.

-¿Y por qué ustedes sí? Creía que este club no ocultaba nada.

-Selene, creo que será mejor que se vayan las dos. Tobías tiene razón, no tienen nada que ver aquí- dijo entonces Ben.

Seguía con la vista en el pizarrón mientras comenzaban a discutir. Seguía sin saber qué decir. ¿Acaso me convenía mencionar que era mi padre?

-Creía que ya pertenecía a la comunidad, que era completamente bienvenida a formar parte de ella- decía Selene.

-Aww pobrecita la niña linda- se burlaba Tobías.

-No veo razón para discutir así- gritaba Mary.

Eran todos contra Selene, quien sorprendentemente seguía con la cabeza en alto sin sentir humillación. Su voz era firme y estridente.

Mike entonces se me acercó y me apoyó una mano en el hombro.

-Romi, ¿conoces a este hombre? - me preguntó en voz baja.

Lo miré con los ojos humedecidos para que entendiera que la respuesta era afirmativa. Entrecerró los ojos para verme bien, como si buscara algo en mi mirada que delatara alguna pista. Sacó entonces una foto de mi padre de su bolsillo. Me la mostró.

En ella se apreciaba una foto de Antonio con una mano en la cintura de una hermosa mujer y la otra en la cabeza de una niña. Era navidad, se veía el arbolito de fondo, y todos estaban sonriéndole a la cámara.

Club NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora