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Rápidamente se me acercó y me tendió con todas sus fuerzas contra la cama.

-Con qué querías escaparte. Eso no pasará.

Intenté zafarme de su agarre, pero él era más fuerte de lo que parecía. Sin dejar que forcejé mucho, me tapó la boca con un trapo mojado. Pronto comencé a sentirme mareada y cansada, cerrando los ojos...len...ta...mente,


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Desperté en un lugar a oscuras. Estaba atada de manos y pies a una silla, solo podía mover el cuello hacia los costados.

-¡Ayuda!- empecé a gritar sin sentido, con la falsa esperanza de que alguien me escuchara.

Había mal olor en aquel lugar, era de suciedad y humedad. Hacía mucho calor. Debe ser el sótano. Nadie me encontrará aquí nunca. Comencé a angustiarme cada vez a medida que forcejeaba inútilmente. Las muñecas y los tobillos me dolían de lo apretadas que estaban las sogas.

Cálmate, cálmate. Lo peor que puedes hacer ahora es llorar. Sé fuerte. Me repetía constantemente, ya que quería evitar ver la cara de placer de Mike al verme llorar. ¿Acaso Ben sabrá de todo esto? No lo creo, no, no lo creo.

Una puerta se abrió de repente, dejando ver la larga escalera que llevaba hacia la casa de mi tío- si es que no me había llevado a otro lugar. Por un momento, recordé aquel primer día en el que huí de Mike y tuve que subir las escaleras a toda velocidad. Tenía miedo también, pero esta vez ese miedo se multiplicaba mil veces.

Mike bajó la escalera, y...Ben estaba atrás suyo. Una vez abajo prendió todas las luces del sótano, dejándome ver lo que me rodeaba: un lugar gris con charcos, alfombras enrolladas apiladas a un costado- de donde seguro sale ese olor a humedad- y algunas sillas apiladas.

-Buena siesta te echaste- dijo Mike con su falsa sonrisa.

No respondí.

-Lamento haberte asustado así- me dijo mientras sacaba mi celular de su bolsillo-, pero pensé que sería original esconderme en la oscuridad- comenzó a reir-. Lo siento, demasiadas películas.

Seguí con la boca cerrada. No pensaba responderle a menos que fuera necesario.

Ben tomó dos sillas de las apiladas y las colocó en frente mío. Ambos se sentaron.

-Veo que anda callada- dijo Ben, lo cual hizo que quisiera golpearlo sin parar en la cara. Aún así me mantuve seria y mirando hacia abajo.

-Vayamos al grano entonces- entonces Mike desbloqueó mi celular-. Supongo que querías escapar- se me acercó mostrándome los chats con Selene-, pero tranquila, tu amiga solo piensa que fue una falsa alarma. No vendrá a buscarte y nadie irá a su casa- me dijo y me señaló los mensajes que enviaron haciéndose pasar por mí.

Selene: Romi, me asustas

Selene: Qué pasó? Estás bien?

Romi: Si, perdón amiga. Falsa alarma jsjsj. El lunes te cuento.

Selene: Ok, si tú lo dices

-Y por lo que vimos parece que tu mami está preocupada por tí, pero ¿llamarme monstruo? Wow, en eso sí que se pasó.

Mike ya no estaba sonriendo volvió a sentarse.

-¿Qué haremos con ella?- le preguntó Ben, quien claramente haría cualquier cosa que Mike.

Club NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora