El azar hace parte del destino, pero el destino no deja nada al azar.
-Oye, Jeon...- intenté armarme de valor para decirlo- ¿Puedo tocarte?- solté sin más.
- ¿Qué dices?- su rostro ahora estaba exaltado o avergonzado, no lograba distinguir su emoci...
Al día siguiente desperté en el departamento de mi amigo Namjoon, quien me había llamado cerca de las nueve de la noche para pedirme que fuera a quedarme con el. Había terminado esa misma tarde con su novia y necesitaba alguien con quien desahogarse y beber unas cervezas.
Sentí mi cabeza doler un poco al levantarme de la cama, al parecer bebimos hasta tarde porque habían un montón de latas vacías por todo el piso del lugar. Giré mi cabeza buscando a mi amigo y lo encontré durmiendo a mi lado con los pies hacia el cabezal de la cama.
Me levanté para ir al baño y darme una ducha. Una vez bajo la regadera momentos de la noche anterior vinieron a mi cabeza, sobre todo uno en especial de aquel chico confesandome los sueños que había tenido conmigo como personaje principal, reí al recordar lo absurdo que fue. Luego otro más llegó a mi cabeza, era yo aprisionandolo contra la puerta casi rozando nuestras caras, ¿Por qué había hecho eso?, Me golpeé mentalmente por mi acción; luego recordé como su aliento chocaba contra mi boca, sus ojos color avellana penetrando los míos, y sus labios, esos labios carnosos ligeramente tintados de un rosa pálido. Agite mi cabeza intentando borrar esos pensamientos de mi mente.
— Que absurdo Jeon— me burlé de mi mismo.
Una vez fuera del baño revisé mi teléfono, tenía varios mensajes provenientes de la misma persona Park Min-ah, diciendo que debíamos hablar de algo importante y que la viera en el café cerca de la universidad al salir de clases. Contesté con un simple 'ok'.
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Al despertar me di cuenta de la hora y de lo tarde que iba a clases. Me bañé y arregle lo más rápido posible y una vez listo corrí hasta la facultad de artes. Ya en el salón entré y me disculpé con el profesor por la tardanza, este no muy feliz por mi impuntualidad me dejó pasar.
— Llegas cuarenta minutos tarde, ¿Que pasó?— preguntó Areum quien estaba detrás de mí.
— no dormí casi nada anoche y al parecer no escuché la alarma— aclaré.
— Lo noto, te ves fatal amigo— me palmeó la espalda.
— Digamos que ayer tuve una noche inusual— suspiré al recordar lo que pasó.
— ¿A que te refieres?—
— Bueno, tuve un pequeño encuentro con el idiota de Jungkook— su rostro me decía que no sabía a quien me refería — ya sabes, el chico al que le rayé el auto— rodé los ojos.
— Ajá, ¿Y que pasó?— por un momento olvidamos que estábamos en el salón de clases junto a más personas.
— Así es Kim, cuéntenos a toda la clase lo que sucedió— habló el profesor molesto por interrumpir su clase.
— Lo siento señor Park, no volverá a pasar— me excuse y este solo retomó la clase.
Una vez acabada la jornada de clases fuí al café donde trabajaba con Areum para contarle lo que pasó antes de comenzar mi turno en el lugar.
